A mi alrededor veo signos que me empujan y apresuran a una
celebración de Navidad en donde se equipara el gastar con el amor.
Necesito tu ayuda. Quiero hacer una pausa en mi camino.
Este año, más que nunca, necesito del tiempo de Adviento.
Necesito esas semanas de reflexión
y esperanza en medio de la oscuridad.
Jesús, este año, ayúdame a sentir este deseo en mi corazón.
Ayúdame a estar despierto, hambriento y sediento en mi alma.
En el fondo de mí, yo sé que hay algo que está ausente
y que no puedo alcanzarlo completamente.
No puedo obtener aquello que me falta.
Yo sé que todo esto tiene que ver contigo, Jesús.
Tú no estás ausente de mi vida,
pero es posible que yo esté ausente de los lugares
en los que tú estás presente.
Quédate conmigo, mi querido amigo.
Guíame en estas semanas hacia lo que tú
quieres mostrarme en este Adviento.
Ayúdame a ser suficientemente vulnerable
para permitir que me conduzcas al lugar de mi propia debilidad,
el exacto lugar donde te encontraré
profundamente asegurado a mi corazón,
amándome sin límites.
Amén