Si logro el silencio…lograré escucharte. Escucharte para hacer Tu voluntad y emprender el desafío de amar. Escucharte y dejarme llevar. Porque escuchándote te dejo nacer en mí, me das la paz que me falta y me quitas el miedo que me sobra. Pones las palabras que necesito, aliviando cualquier pena.
Para escucharte me detengo… y deteniéndome es que Tu palabra se hace carne en mi, -me dejo habitar y me edificas- Sólo deteniéndome puedo tomar impulso y abrir mi alma a la magia de Tu amor. Amor del bueno que me mantiene en pie, me renueva y vivifica. Amor que me invita a retomar el camino, según Tu plan, según lo que Soñaste para mi. Amor que podemos descubrir -en cada detalle-, dándonos lo mejor,
si nos silenciamos, acallando nuestro interior, dejando que reposes tu calma…
y así escucharte, así sentirte…y vivir en Tu presencia.