Evangelio según San Lucas 12,49-53

martes, 21 de octubre de
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Jesús dijo a sus discípulos:”Yo he venido a traer fuego sobre la tierra, ¡y cómo desearía que ya estuviera ardiendo!Tengo que recibir un bautismo, ¡y qué angustia siento hasta que esto se cumpla plenamente!


¿Piensan ustedes que he venido a traer la paz a la tierra? No, les digo que he venido a traer la división.De ahora en adelante, cinco miembros de una familia estarán divididos, tres contra dos y dos contra tres: el padre contra el hijo y el hijo contra el padre, la madre contra la hija y la hija contra la madre, la suegra contra la nuera y la nuera contra la suegra”.


Palabra de Dios





P. Sebastían García sacerdote de la congregación Sagrado Corazón de Jesús de Betarrán. Animador y responsable de la Pastoral Juvenil

 

 

En tiempos en los que si hay algo que nuestro mundo necesita es paz y paz en abundancia, llama la atención estas palabras de Jesús.

Jesús no es un subversivo que viene a formar una guerrilla para derrocar un gobierno tiránico. Ni es un hippie “buena onda” que quiere que todo esté bien.

El Reino de Jesús se construye sobre la paz. Pero Él mismo sabe que la lógica del Reino no trae necesariamente y en principio la paz. Porque cuesta la lógica del Reino: perdonar, amar a los enemigos, poner la otra mejilla, ser pobre, misericordioso, luchar por la justicia, no querer que nadie pase necesidad, amar, amar y amar. Cuesta. Nos cuesta convertirnos. Nos cuesta pensar a la manera de Jesús.

Tanto nos cuesta, que cuando damos el paso hacia una opción fundamental por el Evangelio de Jesús, esto nos pone en contra de muchos “supuestos valores” que hoy aparecen como fundamentales: la seguridad, el confort, el pasarla bien, salvarse uno mismo, usar a los otros, amasar una propia fortuna, poder, placer y poseer. Al sistema de hoy ni siquiera le interesa el tener. Está más interesado en el “aparecer”, “figurar” y aparentar. Es una sociedad que vive de rótulos y caretas.

Vivir el Evangelio con la lógica del Reino choca de frente contra todo esto. Por tanto, quienes viven los valores de Jesús, chocan de frente con quienes viven de acuerdo a la lógica de este sistema deshumanizante. Y los choques provocan violencia.

Frente a esto no tenemos que ceder. Tampoco buscar la violencia por la violencia ni el enfrentamiento por el enfrentamiento mismo. Tenemos que ser constructores de paz. Pero no por esto renunciar nuestras convicciones profundas de querer que nuestra vida, todo lo que somos y hacemos sea una clara proclama que no estamos con los criterios de este mundo, de este sistema, de la opresión por el hombre mismo.

Danos paz Jesús. Para amarnos como hermanos. Para amarlos como hermanos.

Desde el Corazón de Jesús, un abrazo a todos y todas.

 

Radio Maria Argentina