¡Hola! ¿cómo estás? Te escribo después del tiempo de vacaciones, en las cuáles tuve la oportunidad de estar como voluntario en el Grest, vivir una semana de fraternidad con otros jóvenes en discernimiento vocacional y hermanos religiosos, y finalmente, la semana pasada estuve realizando junto a mis hermanos religiosos los ejercicios espirituales, en los cuales tuve la oportunidad de meditar sobre el tema: “Destellos de felicidad en la Biblia” .
Y así, retomo a la cotidianeidad de mi vida, preparándome para iniciar los estudios. Igualmente regreso a escribirles, para compartir con ustedes la alegría de seguir al Resucitado y su actuar en nuestras vidas. En ésta ocasión con mucho gusto te comparto mi perspectiva sobre la exhortación apostólica Christus Vivit del Papa Francisco. Puedes encontrar los artículos anteriores aquí en Radio María joven.
¿Te ha pasado que recibes una noticia que te llena de alegría, de dicha y te sientes motivado a hacer con mayor entrega las cosas? Por ejemplo, saber que un familiar o amigo ha sido dado de alta y se ha recuperado con éxito de una enfermedad. Saber que verás a un amigo que no veías desde hace tiempo. O leer los comentarios que hacen los jóvenes en tu artículo (una disculpa por la publicidad jaja).
Pues el Papa Francisco, en el cuarto capítulo de Christus Vivit nos ofrece el Gran Anuncio para todos los jóvenes: “Más allá de cualquier circunstancia, a todos los jóvenes quiero anunciarles ahora lo más importante, lo primero, eso que nunca se debería callar. Es un anuncio que incluye tres grandes verdades que todos necesitamos escuchar siempre, una y otra vez”.
Lo primero que Francisco nos recuerda es que “Dios te ama”, si lo has escuchado ya, no importa, el quiere recordártelo, Dios te ama, eres infinitamente amado. A través de muchas citas bíblicas el Papa Francisco nos afirma ésta gran verdad. Éste capítulo es bellísimo, profundo y denso. Francisco anuncia el kerigma a cada joven, a ti y a mí. Te invito a leerlo con mucha tranquilidad y meditarlo a corazón abierto.
La segunda verdad que en éste capítulo nos ofrece es: «Cristo te salva» “la segunda verdad es que Cristo por amor ha dado a sí mismo hasta el extremo para salvarte” Él de nuevo te levanta con el poder de su cruz. Él te perdona setenta veces siete.
La tercera verdad es inseparable de la anterior: Él vive. «Jesús es el eterno viviente», afirma el Santo Padre. Es tu amigo y quiere triunfar en ti. Con San Pablo nos recuerda “si Cristo no resucitó, vana es nuestra fe. Nuestro Salvador vive. ¡Tu Salvador vive!
Finalmente Francisco, hace un énfasis sobre el Espíritu Santo, recordando que donde está el Padre y el Hijo está también el Espíritu Santo, la fuente de la vida. El Papa concluye este capítulo poniendo como pincelada final el poema Enamórate del p. Pedro Arrupe:
« Nada puede importar más que encontrar a Dios. Es decir, enamorarse de Él de una manera definitiva y absoluta. Aquello de lo que te enamoras atrapa tu imaginación, y acaba por ir dejando su huella en todo. Será lo que decida qué es lo que te saca de la cama en la mañana, qué haces con tus atardeceres, en qué empleas tus fines de semana, lo que lees, lo que conoces, lo que rompe tu corazón y lo que te sobrecoge de alegría y gratitud. ¡Enamórate! ¡Permanece en el amor! Todo será de otra manera »
Te invito a leer atentamente este hermoso capítulo. Un abrazo.
Ernesto, tu amigo
¿Alguna vez te dijeron que “estás verde” y que tienes que esperar para “tu” momento?