Es tu gloriosa resurrección la razón, el motivo de nuestra alegría.
¡Bendito acontecimiento de vida plena! Cuánta emoción existe en lo más recóndito del alma enamorada que es capaz de detenerse y contemplarte, Jesús Resucitado.
Exultan, regocijan y se estremecen no solo las personas, sino toda la creación que observa atenta, cada día, el misterioso y real acontecimiento de tu Resurrección.
La Iglesia vuelve a vivir, un aire fresco la renueva. Es la certeza de la fe la que nos asegura, que más allá del sepulcro vacío, tu vida Jesús, es vida para todos los que de una u otra manera te buscamos.
Todo en nuestra vida cobra sentido de trascendencia en tu gloriosa resurrección, Jesús. Nuestra vida tiene sabor a eternidad, porque con tu muerte, la muerte en nosotros no tiene la última palabra; y con tu vida, das plenitud a nuestras vidas.
¡Bendito acontecimiento de vida plena! Cada día para cada persona en la faz de la tierra, sea cual sea, su religión, raza, cultura, nación, edad, sexo; tu vida Jesús, es motivo de vida plena, de vida eterna, de vida en abundancia.
Alianza, confianza y esperanza sobre todos los que hemos sido bautizados en tu Nombre, Dios Uno y Trino, nuestras vidas humanas tienen sabor a eternidad desde ahora.
¡Bendito acontecimiento de vida plena! ¡Bendito motivo de nuestra alegría! ¡Bendita sea tu Resurrección, Señor Jesús!
Carolina Lizárraga, SSpS