Los que en la vida tenemos la oportunidad de elegir, tomar unas sendas y no otras, probar algunas experiencias, escoger en qué gastar las horas… podemos vivirlo desde la gratitud, y desde la responsabilidad. Porque tenemos a mano muchas oportunidades. Hay quien piensa que eso queda para los más jóvenes, y que luego simplemente te vas cerrando puertas y ya está. Pero esa es una mirada muy plana. Porque en todas las edades, muchos momentos y bastantes situaciones suponen para cada uno de nosotros la posibilidad de elegir la vida, el Evangelio, a las personas y la forma de interpretar y entender lo que nos pasa.
No siempre es evidente. Y tal vez, en ocasiones, ni siquiera es probable. Pero siempre es posible… pararme y rezar un rato. Buscar, y tal vez comprender Tu palabra. Compartir un mate, una charla, ilusiones, heridas, anhelos, proyectos, sueños con gente querida. Encontrarme de verdad con otros. Cantar sobre las cosas que pasan dentro y fuera de uno. Escuchar las historias de otras personas, y que haya encuentro. Imaginar posibilidades para sanar las heridas que golpean tantas vidas. Y tratar de ponerse manos a la obra.
Hay veces en que soy tímido, sin coraje. Y sospecho que hay que quitarle un poco de hierro a las preocupaciones, los agobios, las prisas o los problemas… No quiere decir que sean falsos.. Tal vez tendré que plantarles cara, y tocará, de vez en cuando, batirse en duelo con alguna que otra incertidumbre. Pero sin perder la posibilidad de sonreír por lo que de verdad importa. Porque el Amor toca muchas vidas. Porque hay bienaventuranza prometida a los más rotos. Porque hay gente buena, que busca. Porque hay mucho bien en torno.
Fuente: salesianosuruguay.com.uy