Hay algo que se destaca la lectura del evangelio y es la absoluta disponibilidad que tiene la Virgen frente a ese designio, a esa invitación que le hace Dios Padre a través del ángel: ser nada más ni nada menos que la madre de Jesús.
Más allá de que ella pudiese haberse negado, haber trazado otros planes, creo que una de las cosas principales que hay que destacar es que María absolutamente Virgen. Y si eso bien tiene un rasgo en su relación con San José, lo que hace definitivamente Virgen a María es que se vacía de todo aquello que no es Dios para llenarse de Él. Y esto es en definitiva lo que celebramos en este día: un vientre vacío de todo aquello que no tiene que ver con Dios ni con su voluntad, sino para dejarse llenar por Él. Es así como acontece el misterio de la Encarnación: Dios se hace hombre y se hace hombre en el vientre virginal de una muchachita de la Palestina del siglo I.
Qué lindo poder celebrar a la Virgen María como modelo de discípula y de cristiana. Qué lindo poder celebrar a la Virgen María como Madre del Pueblo. Qué lindo poder celebrar a la Madre de Jesús que nos la regala, nos la entrega y nosotros la podemos hacer nuestra.
Y qué lindo en el día de hoy poder pensar en estas actitudes, ¿no? Poder también nosotros seguir descubriendo cuáles son aquellas cosas de las cuales estamos llenos, que no pertenecen, que no son, que no se corresponden con Dios y dejarlas de lado como hizo la Virgen María. Hacernos también nosotros “vírgenes” para poder recibir completa la Buena Noticia de un Dios que nos trae la salvación.
Hermano y hermana, te abrazo muy fuerte en el Corazón de Jesús y será si Dios quiere hasta el próximo evangelio. Que tengas una muy linda fiesta de la Virgen María.