En lugar de la venganza, Tomás eligió la solidaridad

jueves, 24 de noviembre de
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En el penal de San Martín, Javier de 18 años cumple su condena por robo a una familia. Un acontecimiento que fue muy conocido a raíz de que la policía confundió a Horacio Beccar Varela, una de las vícitimas, como el delincuente. Luego de perseguirlo lo baleraron y aún hoy se recupera de la lesión en su pierna.

 

Este caso sigue siendo noticia porque su hijo, Tomás de 18 años, quien trabaja en un estudio de abogados y es jugador del club de Rugby SIC decidió hacer algo para ayudar a Javier, para que él pueda resocializarse, cambiar su vida y está convencido que a través del deporte esto es posible-

 

Él quedó impactado por el asalto pero en lugar de quere vengarse del ladrón, decidió conactarse con uno de sus entrenadores, que sabía que estaba haciendo una movida solidaria en una cárcel de San Martín.

 

Se trata de la Fundación Los Espartanos  un proyecto que está llevando la práctica deportiva del rugby a las cárceles argentinas. El equipo de rugby “Los Espartanos” está logrando en diversas cárceles de nuestro país que se reduzca el porcentaje de reincidencia en el delito entre los convictos que recuperan la libertad. Es el caso donde el deporte abre las puertas a la inclusión, a la libertad.

 

 

Como entrenan todos los martes, Tomás se acercó al penal y jugó en el mismo equipo que el delincuente que robó en su casa. Hasta se tomaron una foto juntos.

 

“Después de tanta bronca que me generó en su momento el hecho, quise sacar algo bueno de todo lo malo que pasó. Si podemos ayudarlo, tapa todo lo anterior”. confesó Tomás.

 

“No tengo idea cuánto tiempo va a estar detenido, pero ojalá que el tiempo que esté le sirva haber participado de Los Espartanos, porque realmente lo va a ayudar”, dijo. “Los resultados que surgen desde que está el equipo en el penal, lo demuestran ya que los chicos no vuelven a delinquir”, destacó.

 

Javier estuvo detenido en un instituto de menores. Su mamá falleció hace algunos años, su hermano está preso y su papá los abandonó. La única visita que recibió en este tiempo, fue la del entrenador que lo invitó a formar parte del equipo Los Espartanos. “Tuvo una vida muy dura, espero que pueda salir”, pide Tomás, quien asegura que a partir de ahora colaborará con la Fundación para ayudar a otros presos.

 

 

Oleada Joven