Adviento: Hacia el que viene

domingo, 28 de noviembre de
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Una invitación a descubrirnos en nuestra fragilidad: ¿Cómo llego a este tiempo?

Si no queremos que las fiestas litúrgicas nos pasen por el costado, si ya estamos cansados de ser espectadores y por fin nos hemos decidido a ser protagonistas del Misterio de Dios en nosotros y con nosotros, es aconsejable preparar el corazón para que esta Navidad de verdad nos nazca Dios.

Ojalá que no nos dé lo mismo qué tiempo litúrgico transitamos, ojalá que comprendamos pronto que el Misterio se encarna en nosotros y no puede darnos lo mismo porque su acontecer en nosotros no nos deja igual, porque una vez que sucede ya no somos los que éramos.

La historia transcurre en primera persona (si así lo queremos). Soy yo la que va hacia el que viene y es Dios quien viene hacia mí. No como una metáfora sino como una promesa y una novedad por descubrir. Su venida siempre es regalo que necesita ser aceptado.

Deseo que este tiempo sea para cada uno momento de búsqueda y encuentro.

Cierro este escrito con los balbuceos de mi corazón que ya comenzó a caminar hacia el que viene:

Quiero encontrarte una vez más

Deseo que habites mi realidad

Anhelo contemplarte naciendo en mi fragilidad

Estás viniendo, estoy yendo

¡Qué alegría! Nos vamos a Encontrar.