25/04/2019 – El Papa Francisco recibió este 25 de abril a jóvenes de la diócesis francesa Aire et Dax y los animó a permanecer cerca de Jesucristo a pesar de “la dolorosa y compleja cuestión de los abusos cometidos por los miembros de la Iglesia”.
“Los animo a permanecer unidos al Señor Jesús a través de la escucha de la Palabra, la práctica sacramental, la vida fraterna y el servicio a los demás”, aconsejó a los jóvenes el Santo Padre.
En esta línea, advirtió que “numerosas personas piensan que hoy es más difícil llamarse cristianos y vivir la fe en Cristo. Y ustedes seguramente experimentan estas dificultades, que en ocasiones se convierten en pruebas”.
Por este motivo, el Papa Francisco citó la Exhortación Apostólica Christus Vivit (Cristo Vive) para alentar a los jóvenes a aprovechar esta peregrinación en Roma y “redescubrir que la Iglesia, de la que son miembros, camina desde hace dos mil años, compartiendo las alegrías y las esperanzas, las tristezas y las angustias de los hombres. Y camina así como es, sin recurrir a ninguna cirugía estética”.
“El contexto actual no es fácil, a causa de la dolorosa y compleja cuestión de los abusos cometidos por miembros de la Iglesia. Sin embargo, quisiera repetirles que hoy no es más difícil que en otras épocas de la Iglesia: es solamente diferente”, destacó.
“Mirándolos reconozco la obra del Señor Jesús que no abandona a su Iglesia y que, gracias a su juventud, a su entusiasmo y a sus talentos que les ha confiado, le permite renovarse y rejuvenecer en las diversas etapas de su larga historia”, aseguró el Papa.
Francisco animó a los jóvenes a dejarse “transformar y renovar por el Espíritu Santo para llevar a Cristo a todos los ambientes y dar testimonio de la alegría y de la juventud del Evangelio”. Y, siguiendo el ejemplo de San Vicente de Paúl, un Landés como ellos, “hacer visible el amor con el que Dios les ha llenado, amando con la fuerza de sus brazos y el sudor de su frente”.
En este sentido, Francisco exhortó a los jóvenes a ser “constructores de puentes entre las personas, intentando hacer crecer una cultura del encuentro y del diálogo, para contribuir a alcanzar una auténtica fraternidad humana”.
“Con su atención a los pequeños y a los pobres, pueden encender estrellas en la noche de aquellos que, en distintos modos, están en dificultad. Pueden manifestar, con sus gestos y sus palabras que ‘Dios es siempre novedad’, y que nos conduce a donde está la humanidad más herida y a donde los seres humanos, bajo la apariencia de superficialidad y del conformismo, continúan buscando la respuesta a la pregunta sobre el sentido de la vida”, señaló.
Al finalizar, el Papa exclamó: “Cuento con ustedes. La Iglesia necesita de su impulso, de sus intuiciones y de su fe”, concluyó.