Matear en el desierto

martes, 31 de marzo de
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En el Plan perfecto de Dios, nada se escapa…Hoy nos toca transitar una VERDADERA E INEXPLICABLE CUARESMA, que nos va a llevar una Semana Santa única, que creo que jamás se vivió…Pero la alegría de la Resurrección va a ser mayor.

Esta Cuaresma, transformada en Cuarentena, a todos nos pegó de diversas formas, “Nos corrió de eje”, reprogramando planes, proyectos, viajes, porque no se suspenden, solo que en el tiempo de Dios, se harán en otro momento.

A qué nos está invitando el Señor, en estos tiempos: A vivir, el DESIERTO, como Jesús lo vio, sus cuarenta días en el desierto, tentado, solo, antes de pasar por su Pasión, pero lo cual tuvo un hermoso final, que es la Resurrección. Dios no nos va a soltar la mano, como nunca lo hizo. Esto nos llevara a eso… Nos lleva a valorar, lo que poco valoramos. En el mundo virtual en que vivimos hemos perdido el contacto personal, y hoy que no lo tenemos, lo extrañamos. La fiaca de ir a comer a lo de nuestros viejos, hoy se convierte en una de las cosas que más deseado. La ronda de mates, casi “sin sentido”, hoy es uno de los tesoros más premiados.

“Matear en el desierto”, pensaba el otro día, mientras inspirado por el “Espíritu Santo”, creaba “El Rosario balconero”, mientras rezaba el Rosario en el balcón, entre misterio y misterio, charlaba y me tomaba unos mates con Dios. Porque es donde Él reside, en lo sencillo, en lo cotidiano.

Ahora tenemos el tiempo, para hacer todo lo que no hacemos, y nos quejábamos por la falta de tiempo…Como si la voz de Dios te susurrara…”Ahora tenés el tiempo, hacelo”

Es triste ver las Parroquias cerradas, más allá de que se pueden ver las Misas por internet gracias a la tecnología. Nos falta comulgar, nos falta el saludo de la paz. Parroquias cerradas, pero nosotros Iglesia, de pie. De rodillas ante Dios, pero de pie frente al mundo

Confiados en la infinita Misericordia del Padre, sepamos, que esto pasará. Dios no nos va dejar mucho tiempo sin Eucaristía

Ojala que este “Matear en el desierto” no solo nos acerca más a Dios, ya las necesidades del hermano. Sino que en este desierto Cuaresmal, y en este aislamiento de Cuarentena, nos ayude a cultivar el interior, ser mejores personas, más humanos, y la humanidad entienda, que no podemos vivir sin Dios.

Nahuel Composto