Querido San José,
esposo, padre y trabajador,
acudo a vos en este día.
Te pido por quienes no encuentran trabajo,
por los que no tienen salud para trabajar,
y por quienes tienen la posibilidad de dar espacios de trabajo.
Se consuelo y fortaleza para ellos,
intercesor ante sus necesidades y las de su familia.
Te ofrecemos el trabajo, formal o no, de cada día,
y la vida de nuestras familias.
Que en el esfuerzo y la disciplina del trabajo cotidiano
encontremos un medio para acercarnos más a tu hijo Jesús.
Bendecí San José nuestras manos,
nuestros cansancios, nuestros intentos
y nuestras alegrías.
También la vida de nuestros compañeros,
que ponemos ante tus pies.
Que podamos ser testimonio de amor y alegría entre ellos.
Amén