Los silencios de Dios… Navidad

martes, 16 de diciembre de 2014
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Jesús dijo a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo:”¿Qué les parece? Un hombre tenía dos hijos y, dirigiéndose al primero, le dijo: ‘Hijo, quiero que hoy vayas a trabajar a mi viña’. El respondió: ‘No quiero’. Pero después se arrepintió y fue. Dirigiéndose al segundo, le dijo lo mismo y este le respondió: ‘Voy, Señor’, pero no fue.¿Cuál de los dos cumplió la voluntad de su padre?”. “El primero”, le respondieron. Jesús les dijo: “Les aseguro que los publicanos y las prostitutas llegan antes que ustedes al Reino de Dios. En efecto, Juan vino a ustedes por el camino de la justicia y no creyeron en él; en cambio, los publicanos y las prostitutas creyeron en él. Pero ustedes, ni siquiera al ver este ejemplo, se han arrepentido ni han creído en él”.

San Mateo 21,28-32

 

En un silencio elocuente, en medio de la noche, Dios se hizo hombre. Sus padres abrieron un camino y con su sí generoso nos trajeros la presencia del Dios vivo. María y José nos abrieron un camino en quien venía a ser el Camino.

A la Navidad se entra por este camino que nos muestra la Palabra hoy, por la obediencia. Esta palabra proviene de escuchar y la aceptación de lo que nos dice. La obediencia es fruto de la escucha interior y por eso al territorio de la Navidad se llega en la noche de los silencios donde todo se acalla y donde lo que antes nos hablaba ya nada habla. Los grandes silencios son los preludios de grandes palabras.

Por lo tanto en algunos silencios y noches de nuestras vidas tenemos que disponernos interiormnte para recibir las palabras con las que Dios viene en nuestro encuentro. A Dios solo se lo recibe después de largos silencios, de la sensación de vacío donde pareciera que nada nos dice nada. Suele pasarnos y lo identificamos con el cansancio, con el agotamiento, con una cierta tristeza y pensamos que somos nosotros mismos la ocasión de haber generado este espacio y es posible que así lo sea.

Hay una dimensión, la de los silencios que nos habitan por dentro, donde las cosas ya no nos dicen lo que antes nos decía, y es porque posiblemente las cosas de todos los días nos estén por decir algo diferente desde un Dios que nos quiere despertar del sueño a su presencia. Es la Palabra de Dios hecha carne la que viene a nuestro encuentro; su elocuencia está manifestada en un niño que llora, jadea, mama y no dice nada, y a la vez todo está dicho segun los testimonios de los magos “porque nos ha nacido un rey”. Dios nos quiere visitar y despertarnos de un vacío silencio donde hay que darle tiempo, y lo nuevo por el camino de la sencillez y la simpleza nos invita a esperar obedientemente, es decir con una profunda actitud de escucha.

 

 

Coplas de Navidad – María Elena Walsh

No sé de dónde vengo
y voy para Belén.
Belén está muy lejos,
hay que tomar el tren,
cruzar el mar, en coche,
después seguir a pie.

Belén no está lejos,
cerca está Belén.
Queda donde todos
nos portamos bien.

Se me ha perdido un niño
y no lo puedo hallar.
Lo andoy buscando a tientas
con gran necesidad.
Lo llamo y no contesta.
Yo llego y él se va.

El niño está cerca,
ahí nomás está,
durmiendo tranquilo
junto a su mamá.

Recuerdo que hace añares
solíamos jugar.
Los dos éramos changos,
pero una Navidad
me fui para ser grande
y ya no lo vi más.

Pero Él no se cansa
nunca de jugar.
Sigue siendo chango
para Navidad.

Le llevo mil regalos
en cajas de cardón,
y voy con mucho miedo
porque alguien me contó
que el chango amigo mío
ahora es gran señor.

No le lleves nada,
nada, por favor,
más que un paquetito
con tu corazón.

 

En cada paso que van dando María y José  a Belén es todo un paso que todo el pueblo, siglo tras siglo, va dando junto a ellos… los de aquel entonces y los que vendríamos después.  El niño sigue eligiendo para nacer los lugares pobres y oscuros de nuestros corazones. En cualquier de nosotros y en cualquiera de los hermanos, el niño viene a nacer.

 

Zamba de Navidad

 

La alegría no sabe esperar

ya será Navidad.

Un silencio en la casa andará,

intentando la paz.

Navidad es nacer otra vez

es volver a empezar,

retomar el camino y seguir

porque vuelve a aclarar.

Oh niñito Jesús, nuestro Dios

esta zamba te traigo Señor

La tristeza no encuentra lugar

cuando es la Navidad.

La alegría no sabe esperar,

ya será Navidad.

Navidad es un sueño

capaz de cambiar lo que está

y llevarnos con una emoción

a buscar la verdad.

No hay verdad más bonita que amar

que entregarse y dejar

que el milagro nos venga a habitar,

eso es la Navidad.

Oh niñito Jesús, nuestro Dios

esta zamba te traigo, Señor

La tristeza no encuentra lugar

cuando es la Navidad

La alegría no sabe esperar

ya será Navidad.

Padre Javier Soteras