18/05/2021 – Desde muy temprano, los niños están rodeados de estímulos relacionados con el dinero. Avisos comerciales, facturas que llegan a casa, cajeros o el dinero que deja el Ratón Pérez. Aunque cada hogar tenga su propia situación financiera, como padres debemos enseñarles a tener una relación saludable con el dinero, y cuanto antes empecemos, ¡mejor!. Pero cuidado, enseñarles acerca del dinero, no es tener una charla. Es un proceso, son muchas conversaciones, y utilizar algunas situaciones que se presenten como grandes oportunidades para aprender acerca del tema.
Algunas cuestiones a tener en cuenta: 1. El valor del dinero Cuando son pequeños, los niños creen que el dinero fluye de manera continua y que si no tenemos más, podemos conseguirlo en el cajero o pagar con tarjeta. Enseñarles, independientemente del nivel socio-económico de la familia, que el dinero no es infinito, y que debemos pagar por lo que necesitamos comprar, es una de las primeras lecciones que deben de aprender. Por otro lado, está el tema del “dinero invisible”. Cada vez más se utilizan medios de pago que no requieren del billete físico: desde tarjetas de crédito o débito, a transferencias, pasando por tarjetas de pago, a aplicaciones del celular, o compras virtuales. Por lo que comprender el valor del dinero se hace difícil para los más pequeños de la casa.
2. ¿“Queremos” o “necesitamos”? A partir de los 7 años, aproximadamente, ya están más maduros para comenzar a desarrollar los primeros hábitos en relación con el dinero. Una lección importante es la diferencia entre “querer” y “necesitar”. Es decir, entre qué necesitan verdaderamente y qué les gustaría tener. Muchas veces vamos a tener que decirles que no lo compraremos, simplemente porque no lo necesitamos. Otras, vamos a tener que priorizar comprar ese par de pantalones que necesitan, pero no de la marca que quieren. Inclusive en el supermercado. Podrán elegir entre dos paquetes de galletitas, pero no llevar ambos. “No necesitamos ambos, podemos elegir el que tú quieras, pero tiene que ser un solo paquete”. Para algunos padres será difícil porque como papás queremos que nuestros hijos tengan todo lo que quieran, pero no estaríamos preparándolos para su vida adulta si no les enseñamos esta diferencia entre querer y necesitar.
3. ¿Sirven las compensaciones? A algunos les gustará darles dinero a cambio de trabajo en la casa. Si por ejemplo, sacan a pasear al perro todos los días, reciben una compensación. Cuando no lo hacen, no. Lo que se busca es enseñar, en este caso, es la relación entre esfuerzo y dinero. La contracara de esto es que solo hagan las cosas que deben hacer por dinero. Muy pronto los tendrás diciendo “saco la basura ¿pero cuánto me pagás por hacerlo?”. En lo personal, creo que las tareas del hogar deben estar repartidas, pero no pagadas, comprendiendo que cada miembro de la familia tiene responsabilidades y obligaciones y que las hacemos para tener una convivencia armoniosa.
4. El valor del ahorro Tanto en adultos como niños, el ahorro es clave y no es sencillo de lograr si no has desarrollado el hábito. El criterio de gastar menos de lo que tenemos y poder pensar en el medio y largo plazo, es crucial para poder enseñarles acerca de la previsibilidad. Otra enseñanza en relación a sus ahorros, es la de enseñarles a esperar. Si para un cumpleaños reciben dinero, podemos ayudarlos a pensar en qué quieren invertir ese dinero. Enseñarles a pensar en sus compras y a esperar, es una lección que hasta los adultos podrían necesitar. Estamos ayudándolos a dilatar la gratificación, algo esencial en su vida adulta, ya que les va a enseñar a desarrollar la auto disciplina necesaria para ahorrar cuando sean grandes.
5. Enseñar en base a la motivación Una idea interesante para seguir trabajando el concepto de “querer” versus “necesitar” es pedirles que, con nuestra ayuda, hagan la lista de la compra del supermercado, en función de un presupuesto asignado. Además de empoderarlos y desarrollar habilidades como la toma de decisiones, pensamiento crítico y el priorizar, los enfrentamos a tener que tomar decisiones basados en la diferencia entre lo que es necesario, y lo que es un gusto. De esta manera, conseguimos que reflexionen y aprendan que, muchas veces, el comprar lo que les gusta pero no necesitan, va a tener consecuencias para toda la familia. Educar a nuestros hijos a desarrollar una alfabetización financiera los va a ayudar a estar listos en un mundo complejo al que deberán enfrentarse más adelante. De la misma manera que les enseñamos valores y buenas costumbres, enseñarles a manejar el dinero de una manera saludable y consiente, es parte de nuestro rol como padres.
Laura Lewin Escritora, capacitadora, formadora docente y consultora.
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