Alimentación para prevenir y tratar la obesidad

lunes, 25 de septiembre de 2017

obesidad

25/09/2017 – “El sobrepeso, la obesidad y sus complicaciones asociadas son un problema importante a nivel mundial”, dijo Laura Nores, licenciada en nutrición, a cargo del Micro sobre Alimentación, que se emite todos los viernes en el programa “Hoy puede ser”. De acuerdo a diferentes informes a cargo de Organización Mundial de la Salud, esta enfermedad ha sufrido un aumento en la mayoría de las edades, regiones y grupos socioeconómicos. Esta pandemia tiene su origen en diferentes factores:

1 – Factores genéticos (De padre obeso, hay un 40% de posibilidades de hijo obeso. De padre y madre obesos, hay un 80% de posibilidades).

2 – Factores metabólicos (Mayor capacidad de ahorro energético)
Está comprobado que existe variabilidad en los requerimientos energéticos entre las personas y algunas personas son capaces de comer el doble de lo normal sin experimentar un incremento de su peso.

3 – Factores hormonales (Sólo el 2 o3% de la poblacion tiene obesidad endocrina)

4 – Factores psicológicos predisponentes

5 – Factores medicamentosos (antidepresivos, corticoides….)

6 – Factores ambientales (Son los factores más frecuentes y evitables. Prestar atención a estos factores es la solución más fácil y segura. Por ejemplo: la reducción de la actividad física, el aumento en la ingesta con alimentos concentrados en calorías y el desconocimiento de la nutrición saludable tienen que ver con el aumento de peso).

Si analizamos la composicion corporal, descubrimos 2 tipos de obesidad:

Obesidad con células adiposas en cantidad normal, pero aumentadas de tamaño y ubicadas en el abdomen. Ocurre cuando en nuestros picos de crecimiento (primer año de vida, adolescencia y embarazo no hubo gran incremento de peso por lo que no se generaron nuevas celulas grasas.

Mayor numero de células adiposas por multiplicación en etapas de crecimiento cursadas con obesidad. Ese aumento en el número para aumentar los depósitos hace que sean más las células grasas que quieren cumplir la función para la que fueron creadas, y el tratamiento es menos exitoso. Por ello es tan importante evitar la obesidad en la infancia y adolescencia.

El ejercicio fisico (formal o informal) debe formar parte de nuestra vida diaria. No debemos hacer dietas restrictivas. Debemos aprender a comprar, preparar, fraccionar y comer en cantidades adecuadas. Laura brindó los siguientes consejos:

  • Tomar conciencia de la obesidad como enfermedad, y consultar a profesionales idóneos.
  • Organizar una lista de menúes sin azucares y pobres en grasas (La selección acertada y el fraccionamiento de las comidas harán que estés satisfecho por más tiempo).
  • Realizar las compras luego de comer, para evitar elegir compulsivamente
  • Hacer una lista de los alimentos necesarios para prepararlos. No comprar por las dudas.Recorre sólo las góndolas donde encontrás los alimentos necesarios. No te expongas a las que tienen repostería, alfajores, golosinas y galletas dulces.
  • Reservar una comida en el freezer o heladera para cuando no tengamos tiempo de prepararla.
  • Ingerir abundantes líquidos fríos o calientes: caldos, infusiones (café liviano o descafeinado, té, mate cocido o cebado, tisanas, jugos de compotas), gaseosas dietéticas, agua mineral con o sin gas, bien frías.
  • Consumir caldo de verduras casero o dietético antes de los almuerzos y de las cenas. Agregar 1 cucharadita tipo té de levadura de cerveza. Si hace calor, un vaso de soda con jugo de limón.
  • Comer siempre en la mesa, con atención en lo que ingerimos, masticando y disfrutando lentamente para lograr saciedad.
  • Ingerir hidratos de carbono con fibra en las 4 comidas (panificación con salvado, cereales integrales, legumbres, fruta fresca o seca, verduras para lograr saciedad).
  • Incorporar levadura de cerveza en cualquiera de las presentaciones (fresca, en pastillas o en polvo) que por aportar cromo y zinc, estabiliza la utilización de insulina y regula el apetito.
  • Fraccionar en 4 o 5 comidas diarias, y una colación.
  • Utilizar vajilla de tamaño mediano, y no repetir la porcion.
  • Finalizar la comida con un té de hierbas, que al estimular la serotonina, favorece la calma y saciedad.
  • Lavarse los dientes después de cada comida, para evitar la permanencia de sabores y olores que generen apetito nuevamente.
  • Si tenemos dificultad para percibir lo que comemos, podemos registrar cada ingesta y luego tomar conciencia de los “extras”.
  • Cuando hay un atracón: Cada vez que la compulsión aparezca, podemos identificar en que situación emocional estamos (agotamiento, angustia, desesperación, dolor, ansiedad) para lograr trabajar sobre la causa y no sobre la consecuencia.

Para combatir esta enfermedad se requiere ayuda profesional, perseverancia, tiempo, esfuerzo y quererse a si mismo. Hay que pensar en términos de cambios definitivos de forma de vida; de lo contrario, se pueden seguir dietas de ayuno, recetas magistrales, someterse a máquinas especiales, todas fórmulas que cumplen con el objetivo de hacer bajar de peso rápidamente a la persona pero que pueden no tener un rigor científico y, a la larga, empeorar la situación. La idea no es aprender a hacer una dieta, si no a comer saludablemente.