12/07/2019 – En el evangelio Jesús pide a sus discípulos que sean “mansos como palomas y astutos como serpientes”, invitando a vivir en clave de discernimiento. Discernir implica una acción permanente de contemplar lo que nos rodea y los propios sentimientos, para distinguir cuáles son los caminos que nos conducen a Dios y cuáles lo evitan. Las crisis en la vida, sean personales, familiares, sociales o comunitarias, serán lugares de gran crecimiento. Junto a los oyentes compartimos historias de la propia vida donde la crisis se convirtió en oportunidad y lugar de aprendizaje.
Jesús dijo a sus apóstoles:
“Yo los envío como a ovejas en medio de lobos: sean entonces astutos como serpientes y sencillos como palomas. Cuídense de los hombres, porque los entregarán a los tribunales y los azotarán en las sinagogas.
A causa de mí, serán llevados ante gobernadores y reyes, para dar testimonio delante de ellos y de los paganos. Cuando los entreguen, no se preocupen de cómo van a hablar o qué van a decir: lo que deban decir se les dará a conocer en ese momento, porque no serán ustedes los que hablarán, sino que el Espíritu de su Padre hablará en ustedes.
El hermano entregará a su hermano para que sea condenado a muerte, y el padre a su hijo; los hijos se rebelarán contra sus padres y los harán morir.
Ustedes serán odiados por todos a causa de mi Nombre, pero aquel que persevere hasta el fin se salvará. Cuando los persigan en una ciudad, huyan a otra, y si los persiguen en esta, huyan a una tercera. Les aseguro que no acabarán de recorrer las ciudades de Israel, antes de que llegue el Hijo del hombre.”
San Mateo 10,16-23