28/04/2025 – Integrante del equipo de sacerdotes para la pastoral en las villas de Buenos Aires que favorece la cultura del encuentro y apuesta a la integración urbana, el padre Daniel Echeverría es un sacerdote que trabaja en La Matanza, particularmente en el barrio 22 de enero, conocido por su compromiso con los más humildes y su labor pastoral y social en la zona. “Me ordenó sacerdote en 1993 y con solo un año vine a la Iglesia de San Justo, en La Matanza, para trabajar en los barrios populares. Jorge Bergoglio tuvo una conexión particular con nuestro territorio a través de las misiones que los obispos suelen hacer por aquí. Y en los sosteniendo económicamente y ayudando a generar espacios educativos, de salud o de contención para ancianos o jóvenes con problemas de adicciones”, rememoró el sacerdote.
El padre Daniel también expresó: “Ayer hicimos un recorrido por la ciudad de Buenos Aires por lugares de dolor que el papa caminó y queremos nosotros caminando. El símbolo de Francisco son sus zapatos por todo lo que caminó la arquidiócesis de Buenos Aires y las periferias sobre todo que eligió recorrer. Es un sacramental hermoso que nos dejó el papa. Él eligió caminar no por las grandes avenidas sino por esos pasillos o rincones oscuros que requieren presencia de vida y en los que hay que poner luz. Supo poner Evangelio en todo eso. Usó palabras acompañadas de gestos, me pareció muy lindo lo que dijo el cardenal Ángel Rossi. Francisco fue un hombre coherente, lo que vivió como pastor en una pequeña diócesis después lo llevó a la Iglesia universal. Por eso hay que seguir andando, con un oído en el pueblo y otro en el Evangelio, como decía el beato Angelelli. La vida se recibe como viene, eso siempre nos decía, con todos adentro, después se ve como viene la cosa. Empatizar con la realidad, mirar la vida como se da y no vivir desde ideales y legalismos es parte de su legado. Porque sino, no queda nadie dentro de la Iglesia”.