El titular de la Pastoral Social dice que no hay gradualidad y cuestionó el retorno al FMI

viernes, 11 de mayo de 2018

Foto: Eclesia

11/05/2018 – El presidente de la Comisión de Pastoral Social de la Conferencia Episcopal Argentina, monseñor Jorge Lugones, criticó la decisión del Gobierno nacional de volver a pedir, en este contexto, un nuevo préstamo al Fondo Monetario Internacional (FMI).
En diálogo con Radio María Argentina, el también obispo de Lomas de Zamora señaló que los funcionarios hablan de “gradualidad” y de “pobreza”, pero argumentó que “de gradualidad no hay nada”, porque los aumentos de las cosas y de la inflación “son drásticos”, al igual que el “sufrimiento de la gente pobre”.

Con evidente preocupación, monseñor Lugones dijo que “hay diálogo con el Gobierno nacional, hay conversación y buenos modales, pero no hay hechos realmente visibles que ayuden justamente a los sectores menos protegidos que son los más pobres”. Consultado acerca de la situación económica y social del país, y de las gestiones que el Gobierno puso en marcha para obtener un crédito del FMI, el obispo señaló: “Desde lo más casero, diría que en una casa, cuando no entran sueldos y estamos gastando y haciendo gastos que necesariamente necesitamos hacer, y encima pedimos un préstamo con alto interés, esa casa no va a prosperar de ningún modo porque de este modo no se puede salir adelante”.

En un análisis más detallado del contexto, Lugones expresó: “Si nosotros tuviéramos mayor índice de Producto Bruto Interno, mayor comercialización, menor inflación se podría ver la posibilidad de pedir préstamos tan importantes, nada más y nada menos que al FMI, que sabemos a lo que aspira; lo ha demostrado ya en nuestra historia argentina, en una triste historia y deuda argentina: la deuda externa. Así que nosotros no vemos que esta sea una salida inteligente”.

Acerca de la situación económica y social, el obispo de Lomas de Zamora negó que se esté aplicando verdaderamente una “gradualidad” en la corrección de los desequilibrios económicos y fiscales: “Cuando uno escucha el discurso de varios funcionarios que siempre están hablando por los medios, nos están hablando de la gradualidad, como que nos hubieran robado el término. Nosotros somos los que ponemos la gradualidad en el aumento de las tarifas, gradualidad en la inflación…de gradualidad acá no hay nada”, enfatizó. Y sostuvo: “Hay un sufrimiento de la gente drástico y un aumento de las cosas y de la inflación drásticos. Entonces esto no es así como se presenta. Así no es un diálogo realmente sincero”.

Ante la consulta de esta Radio, monseñor Lugones también se refirió al conflicto planteado en el sur de la provincia de Mendoza por la implementación del sistema de “fracking”, método de extracción de gas y petróleo. “Quedamos en seguir trabajando desde la comisión de Pastoral Sociual con las organizaciones ambientalistas de General Alvear por este tema”, indicó.

No nos quedamos tranquilos”

El obispo también fue enfático a la hora de reclamar sinceridad a las autoridades: “Acá tenemos que sincerar las cosas. No hacer un discurso político en el mal sentido para que alguien se quede tranquilo con lo que se dice. No nos quedamos tranquilos con lo que se dice. Estamos muy muy tristes y realmente preocupados porque estamos acompañando muchas comunidades que están sufriendo en este momento este flagelo de la inflación y, además, de la pobreza”.

Monseñor Lugones dijo que los funcionarios también hablan mucho de pobreza, pero que el trato que les dan a los pobres y a los indigentes no es favorable. “El trato que les estamos dando a los pobres, que son un cuarto de la población del país, no es favorable. No estamos favoreciendo en la ayuda, por ejemplo, a las cooperativas, a los movimientos populares que están dando trabajo justamente; incluso haciendo su aporte social con una asistencia social y pagando el monotributo. No se está implementando el ayudar estas economías que realmente están excluidas hoy, que son las que están moviendo los sectores más pobres de la población que muchos de ellos están en la indigencia”.

 

Por un diálogo sincero

Monseñor Lugones reclamó “un diálogo sincero y honesto sobre la realidad como propone el Papa Francisco”. Desde ese lugar, dijo, “sí se puede tener esperanza”. “Nosotros -agregó- confiamos en lo que se puede hacer y en que todos podemos aportar. Esta es la esperanza. Ahora, cuando se cierran los caminos de este modo y sólo se apuesta a ese protagonismo financiero, entonces creemos que así no hay salida”.

Consultado sobre si no está viendo un diálogo sincero en este momento, respondió: “Lamentablemente vemos que hay un diálogo, que hay buenos modales, que hay buena conversación, pero que no hay hechos realmente visibles que ayuden justamente a los sectores menos protegidos que son los más pobres, que son los que están bajo el índice de pobreza, incluso los que están en el índice de indigencia”. Por último, el titular de la Pastoral Social pidió que todos los que tienen fe “recen por la Patria, en especial por los que están sufriendo”.