“Es propio del ser humano ser limitados”, afirmó el padre Pablo Molero

miércoles, 7 de abril de 2021
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07/04/2021 – El padre Pablo Molero, responsable de la Comisión para las personas con discapacidad del Arzobispado de Buenos Aires y titular del Foro Permanente para la Promoción y la Defensa de los Derechos de las Personas con Discapacidad, junto a Daniel Ramos, sociólogo y presidente del Consejo Argentino para la Inclusión de las Personas con Discapacidad, se refirieron al tema de la discapacidad en general. “Es importante hablar de esto porque estas personas padecen la pandemia, tienen sus trabajos, sus familias, como cualquier otro. A veces tenemos que trabajar contra algunas imágenes irreales de lo que es la discapacidad y que están muy arraigadas en la sociedad”, sostuvo Molero. Y agregó Ramos: “Este concepto se fue modificando con el tiempo. Antes hablábamos de los ciegos o los sordos, se ponía el foco en la dificultada que tiene la persona. Ahora se trabaja más en cuanto al déficit del entorno que en cuenta a la dificultad que tiene la persona discapacitada”.

“Ninguna persona es superpoderosa y con todos los dones. Es algo propio del ser humano el ser limitados”, afirmó el sacerdote. “Desde hace 20 o 30 años hay una mirada distinta sobre el tema porque las personas con discapacidad comenzaron a quejarse porque no se podían hacer efectivos los derechos que tienen. El derecho entonces tomó esa demanda y lo puso en letras. El problema no está en las personas, todos tenemos necesidades. Nadie anda con un cartel por las calles con la limitación que tiene. Por eso comenzaron a construirse puertas amplias en los baños públicos para que pueda ingresar una persona en sillas de ruedas. Eso es trabajar sobre el entorno”, indicó Daniel.

Molero también expreso que “una persona sorda solo puede hablar con lengua de señas y es su única forma de comunicarse. Entonces, cuando va a un hospital esa persona requiere atención y necesita que alguien lo entienda, que sepan hablar en señas. A una persona con discapacidad intelectual hay que hablarle más lento y con un lenguaje comprensible. En el censo del 2018 se estimó un poco más del 10 por ciento de la población con alguna limitación, con lo cual más de 3 millones y medio de personas se puede decir que son discapacitadas. Por lo tanto, un tercio de los argentinos tiene relación directa entonces con la discapacidad. Cada 5 hogares, en uno existe esta realidad”.

Y dijo Ramos: “Hay muchos discapacitados y muchas familias con personas con estas limitaciones, pero todavía esto no impacta en el día a día de nuestra ciudades y de nuestro mundo”. Añadió Molero: “En la ciudad de Buenos Aires se han dado muchos pasos en pos de incorporar a esta realidad al paisaje urbano. Pero la situación empeora en el Gran Buenos Aires o en el interior del país. De a poco hay que ir rompiendo las barreras culturales, edilicias, físicas, que impiden que estas personas se integren Las personas con discapacidad intelectual sienten, quieren,  desean, tenemos que darles un espacio. En la arquidiócesis de Buenos Aires todavía tenemos una deuda con las personas con discapacidad, lo logrado en cuanto a rampas en nuestras parroquias es bueno, pero en general falta mucho por hacer. Una vez un sacerdote le dijo a un padre de una chica con discapacidad que a esa comunidad no iban personas con limitaciones. Eso es terrible y no debería ocurrir”. Y cerró Ramos: “Las personas con discapacidad dicen que quieren y que pueden hacer cosas, como las hace el resto de las personas. Muchas veces tienen que pedir permiso para hacer efectivos sus derechos”.