La juventud: tiempo bendito de alegría y bienaventuranza

jueves, 29 de abril de 2021

28/04/2021 – Esta semana, en “Enseñanzas desde el Magisterio de la Iglesia”, comenzamos a recorrer el Capítulo 5 de la Exhortación apostólica ‘Cristo vive’ (Christus vivit) del Papa Francisco, dirigida a los jóvenes y a todo el pueblo de Dios. El Papa ha titulado este nuevo capítulo: “Caminos de juventud”.

¿Cómo se vive la juventud cuando nos dejamos iluminar y transformar por el gran anuncio del Evangelio? Es importante hacerse esta pregunta, porque la juventud, más que un orgullo, es un regalo de Dios: Ser joven es una gracia, una fortuna. Es un don que podemos malgastar inútilmente, o bien podemos recibirlo agradecidos y vivirlo con plenitud.” (134)

Sobre esto, el padre Javier Soteras dijo que el papa Francisco pone el don, el regalo de la juventud, en clave de gratuidad divina: “Esto quiere decir que nadie es joven por sí o porque así lo indica el almanaque. Hay un montón de hombres y mujeres jóvenes en relación a la edad, que tienen menos años, pero parece que el alma se les avejentó de golpe, llenos de tristezas, angustias falta de sueños”

“Dios es el autor de la juventud y Él obra en cada joven. La juventud es un tiempo bendito para el joven y una bendición para la Iglesia y el mundo. Es una alegría, un canto de esperanza y una bienaventuranza. Apreciar la juventud implica ver este tiempo de la vida como un momento valioso y no como una etapa de paso donde la gente joven se siente empujada hacia la edad adulta”. (135)

“Qué lindo vivirlo así con el peso saludable del don vivido compartido y a partir de ahí, preguntarle a la etapa de la juventud qué podemos seguir proyectando, seguir soñando”, expresó el padre Javier.

“En la época de Jesús la salida de la niñez era un paso sumamente esperado en la vida, que se celebraba y se disfrutaba mucho. De ahí que Jesús, cuando devolvió la vida a una «niña» (Mc 5,39), le hizo dar un paso más, la promovió y la convirtió en «muchacha» (Mc 5,41). Al decirle «¡muchacha levántate!» (talitá kum) al mismo tiempo la hizo más responsable de su vida abriéndole las puertas a la juventud“. (136)

El padre Javier explicó el contexto de la cita bíblica que cita el documento en este punto, diciendo que, en aquel tiempo, Jesús curó a una mujer que padecía una hemorragia desde hacía doce años (Mc 5, 21). Mientras Jesús estaba rodeado de la multitud, alguien lo tocó con la fuerza de la sanidad y él preguntó quién había sido, a lo cual sus discípulos le respondieron que todos estaban tocándolo, es entonces donde esa mujer le dio a conocer su condición.

“Luego, Jesús se encamina hacia la casa de Jairo en la cual estaba su hija herida -interpretando al papa Francisco- y esa cita hace referencia a salir de la niñez, a ser muchacha, ya que esa situación en aquellos tiempos, no era bien vista ni recibida”, explicó el padre Javier y añadió que, esa niña estaba atravesando en un sentido a la mujer que sufría la hemorragia y se hace invitación a dejar esa crisis: “De allí, el ‘levántate muchacha’ está vinculado a los textos de la resurrección, volver a la vida o, en todo caso, vivir en plenitud”, resaltó.

Esto permite entender que toda crisis juvenil es un tiempo para la madurez. “En la juventud, la vida explota en todos los sentidos”, agregó el padre Javier.

“La juventud está marcada por sueños que van tomando cuerpo, por relaciones que adquieren cada vez más consistencia y equilibrio, por intentos y experimentaciones, por elecciones que construyen gradualmente un proyecto de vida. En este período de la vida, los jóvenes están llamados a proyectarse hacia adelante sin cortar con sus raíces, a construir autonomía, pero no en solitario”. (137)

El padre Javier recordó cuántos jóvenes hay que deciden irse del país pensando en que podrán hacer tal o cual trabajo: “Acá no lo harían, ¿por qué buscan hacerlo allá? – se preguntó el padre Javier –. Porque hay algo que acá no encontraron, acá les dijeron: ‘No hay lugar para vos‘ y añadió: “En realidad sí hay lugar para los jóvenes, debe haber un diálogo intergeneracional y si no escuchamos a los jóvenes nos perdemos la gran posibilidad de encontrar rumbos juntos”.