¡Me voy a vivir solo! ¿Aventura o crecimiento?

jueves, 10 de febrero de 2011
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Llega un momento de la vida en donde al penos nos planteamos la posibilidad de despegar de la casa de los padres y construir un hogar propio. ¿Que implica vivir solo? ¿Es un modo de ganar libertad? ¿Hay alguna edad para irse? Conversamos con Ricardo Spachese, director de la Fundacion Despegar

MILI: si ya tomamos la decisión o si lo estamos pensando, está muy bueno que podamos conversar sobre que implica irse a vivir solo. Los pro, los contra. Cómo darme cuanta si ya estoy listo para volar solo o no. Para eso hoy estamos con Ricardo Spachese, el Director de la Fundación Despegar. ¡Bienvenido Ricardo! 

RICARDO: hola chicos, que tal? cómo están?

LEO: bueno, Ricardo, como es esto de la decisión de irnos de casa. Qué nos pasa cundo nosotros decidimos y decimos: “este ya no es mi lugar”.

RICARDO. Para empezar, hay que decir, que éste, es un tema moderno. Hace 40 años atrás uno se iba de su casa exclusivamente porque se había casado. Se iba de un hogar constituido a otro hogar constituyente. La excepción serían los pocos casos que se daban, sólo porque uno se iba a estudiar.

Estos casos, que uno se va para ir a estudiar, sigue ocurriendo y es algo muy interesante. Porque, por ejemplo, fíjense con la gente que está en el interior, hasta los 18 años, por ejemplo, los padres, se ocupaban de todo: los impuestos, la alimentación… de todo.

Y de un día para el otro el hijo/a dice: “me voy a estudiar”. Se traslada de una ciudad que tiene 2.000 habitantes (dos mil) a otra ciudad que tiene 2.000.000 de habitantes (dos millones) y de repente, además de acostumbrarse a vivir en un lugar con más habitantes, tiene que aprender todo lo que implica organizarse para poder vivir solo. Es decir: pagar las expensas, los impuestos, hacer las compras, es decir prever todo esto. Al mismo tiempo que se está habituando a la vida universitaria.

MILI: claro, empezar una vida universitaria, ya es todo un tema nuevo incluso para quien vive con su familia y todo eso. Si además de eso le incorporamos, la aventura de irse a vivir solo, es mucho.

RICARDO: yo por ahí escucho a los papás, que dicen: “lo único que tiene que hacer es estudiar”, hay que tratar de hacerle entender que estudiar, es una parte de todo lo que está haciendo el joven. Que si bien está estudiando, además está haciendo un montón de otros aprendizajes, quizá tan útiles o a veces más útiles para su vida, que el estudio mismo. Porque el estudio le va a resolver el aspecto profesional, pero como el se sociabilice, como él se pare frente a esta realidad nueva, esta serie de desafíos y de responsabilidades nuevas, como se adapte a eso, va atener mucho más que ver con su desempeño posterior en la vida.

Esto sería dentro del grupo de tener que irse obligatoriamente, por ejemplo a estudiar.

También cabría una reflexión, que irse a vivir sólo no es el simple hecho de cambiar de domicilio. A veces cuando a mí me dicen: “me fui a vivir solo” yo le digo: a que bien! Y como te estás sosteniendo. Y me responden “ ah! no! “mi mamá y mi papá me están manteniendo”. Entonces, con esto, en realidad no se fue a vivir solo, no está viviendo solo, lo único que se hizo fue un cambio de domicilio. Acá lo que hay que tener claro que vivir solo sería: ser autónomo. Autónomo, significa: auto: solo, nomo: regla. Autónomos: es: yo me doy mis propias reglas.

Pero hay un principio fundamental en Derecho, que dice que para ser autónomo hay que ser autárquico, acá auto: viene de solo, uno mismo y tárquico: viene de arca: es decir: tener caja propia. Para poder darme mis propias leyes, tengo que tener mi propia caja. Si papá paga, papá pone las reglas. Y puede decir el otro, “pero si yo soy mayor de edad”, pero mayor de edad para qué?? mayor de edad para tomar decisiones, pero no para auto-sustentarte.

Desde el punto de vista legal se dice, que a los 18 años uno adquiere ciertos tipos de autonomía y a los 21 años otros, sí esto es verdad. Pero desde el punto de vista de la psicología, nosotros definimos que una persona es madura, que ha terminado la etapa de la adolescencia, cuando tiene: identidad sexual definida, e independencia económica. Fíjense con que parámetros mide la psicología,  el haber terminado la etapa de la adolescencia.

MILI: a su vez también está la parte afectiva. Para uno irse a vivir solo, no tiene que depender tanto de los afectos de los padres, poder romper con los papás y el hecho de estar acostumbrado a que ellos te digan a donde tenes que ir, que tenes que hacer. De repente uno está solo y es un mundo nuevo, respecto a estas cosas.

RICARDO: sí, es un mundo nuevo, pero no es lo mejor usar el vocablo, romper, porque sino queda como el ejemplo de recien, el de Sofi, que frente aun conflicto, que es lo que tiene Sofi, se va. ¿Por qué se va Sofi?, porque está “harta” de que le invadan su espacio. Bueno, una mala noticia para Sofi, “la van a seguir invadiendo”, por ejemplo, la mamá va a querer ir de visita, y ella no le va a poder de decir que o, va atener una compañera con la que va a alquilar el departamento y la compañera le va a ocupar la cama, y ella no le va a poder decir “che, no me uses la cama”. Porque lo que le  está pasando  Sofi, es que frente a un problema, se va, en lugar de afrontar el conflicto, de rever que es lo que pasa, en su lugar, huye y si huye se lleva consigo el conflicto para otro lugar. Es decir, el caso de Sofi, ella se está yendo no porque maduró lo suficiente para ser autónoma, sino porque está enojada.

Si uno se va de la casa, porque está enojado, no es el momento de irse. Mejor debe quedarse, resolver el conflicto, resolví el enojo. Madurá aquellas cosas que llevan a este conflicto y recién cuando esto esté resuelto van a estar las condiciones, vamos a decir: se va atener el estado de conciencia necesario para que “allá afuera” no se repita el conflicto.

LEO: digamos que uno cuando se va  de la casa a una edad temprana, obligadamente, como lo hablado al principio de esta charla, por ejemplo, para ir a estudiar, hace una serie de aprendizaje, pero no es lo mismo que el hecho de estar viviendo solo y manteniéndose a uno mismo.

RICARDO. Claro, no sólo por lo que significa el ganar el dinero, sino también el saber la administración del dinero, también la administración de los tiempos. Es decir, si vos te fuiste a vivir solo para estudiar, y necesitas que esté un adulto o la mamá para que te diga: anda a estudiar, apaga la computadora, deja facebook y ponete a estudiar, evidentemente no estas en condiciones, porque no estas siendo autónomo. La autonomía implica que vos te fijes las normas y que esas normas te sirvan para poder cumplir las metas que te fijaste. Si te vas a estudiar y pero necesitas que alguien esté diciéndote: “ponete a estudiar”, significa que no estas preparado y es muy probable que esto termina mal, que no logres tus metas o que vuelvas a casa, con la frente marchita, como dice el tango y la “vergüenza de no ser”.

MILI: es que volver a la casa de los padres, también es todo un tema, es otro tema. Tro tema que nos preguntábamos con la producción es: y si no me reciben ¿?? , por ejemplo, me fui y como tuve una mala experiencia, me quiero volver a los de mis padres y no me reciben… ¿?

RICARDO: sí, este otro tema es muy interesante. Cada vez que uno se va, nuestro  cerebro no puede evitar sacar la foto. Esto se estudia mucho, por ejemplo en personas en que la gente se va del lugar en caso obligados, como es un exilio. Pero bueno, deteniéndonos en nuestro caso, suele pasar lo siguiente: uno se va y saca uno foto del lugar que deja. Después sigue con su vida dinámica, después cundo vuelve espera encontrar todo en las condiciones que dejó, porque se sigue imaginando es situación como algo estático, pero la realidad no es así. Resulta que los hermanos que se quedaron avanzaron en su espacio y ocuparon por ejemplo, lugar en el placar o le sacaron el cubre cama de su lugar… porque en realidad la persona que se había ido no estaba y como no estaba ocupando ese lugar los otros se apropiaron. Porque la vida es dinámica y quien se fue pretende encontrar todo estático y eso nunca ocurre. Y ahí generalmente se sucede un choque, un enojo, peleas. Es algo que lo veo con mucha frecuencia, por ejemplo en chicos que se vienen de provincias vecinas y que vuelven a su casa cada cuatro o cinco meses y en lugar de aprovechar esos dos o tres días para disfrutar con plenitud el estar en su casa, se viven momentos de choques, y peleas. Porque el que se va, debe saber que ahí donde se aleja, la vida sigue y que cuando vuelve las cosas vana estar cambiadas. Y los que se quedan, y esperan a quien se fue, también tendrán que comprender, que el que se fue al volver se encuentra con todos los cambios juntos sin embargo ellos, fueron cambiando paulatinamente, día a día, y no le va a ser fácil, a quien vuelve entender los cambios, así de una, en un solo día.

MILI. incluso quien vuelve, también está cambiado, después de su experiencia de vivir solo. Y administra sus tiempos, tiene sus espacios. Pasa también cuando vuelven en las vacaciones de verano, que se vuelven por dos o tres meses, ahí ya es volver ala convivencia anterior, cuando las cosas aún no habían cambiado, pero con la realidad de que ahora si se realizaron cambios que responden a la experiencia y el transcurso de la vida.

RICARDO: hay una instancia imperiosa de diálogo en la familia, que cuando uno permite, autoriza, facilita, que un hijo se vaya a vivir  solo, a otro lugar para estudiar y uno sabe que después de un período va a volver por un tiempo por las vacaciones uno también debe asumir que está dando un espacio de libertad que después no se puede suprimir. A que me estoy refiriendo: es decir, si uno deja que su hijo se vaya por nueve meses solo, y que decida por si mismo, a qué hora se levanta estudia y no se que otra cosa, cuando viene a pasar quince días de vacaciones, la madre o el padre no debe tratarlo como un niño de jardín de infantes, donde lo levanta, lo viste. Debe asumir que ya estoy conviviendo con un adulto. Acá hay una doble dificultad, en el crecimiento. Se encuentra en quien está creciendo, debe asumirse en etapa de crecimiento en cuanto lo referente en responsabilidades, limitaciones y derechos y también por parte de la familia, asumir que esta persona ya no es un niño, ya tiene otras necesidades, hasta incluso ya tiene otra visión y otra cultura. Y esto provoca choques y discusiones, en muchas veces.

En el ejemplo que se daba acá con Barbi, se la siente muy a gusto en su casa, muy cómoda. Sin embargo, con el caso de Barbi, se podría ver que con esa comodidad se está perdiendo algo, ella enumeraba dos o tres cosas que ganaba, pero no escuché que diga algo sobre algún precio que esté pagando o esta comodidad. Y seguro que algún precio esté pagando. Porque está bueno, esto de llegar a casa y tener a alguien con quien charlar, pero también se puede dar el caso que llegue a casa sin ganas de hablar y el que me está esperando quiere preguntarme como me fue y charlar. Puede ser que se esté perdiendo oportunidades de crecimiento, de libertad, que haya cosas, decisiones que no pueda tomar, por esta cuestión de estar cómoda. Que haya esquemas de crecimiento por el cual no esté transitando.

Fíjense que en las disposiciones, con Sofi decíamos: que se está yendo enojada, y que huye y con la postura de Barbi: decimos: que precio estará pagando?. Entonces que hacer, de que se trata está cuestión, porque no va ni una ni otra postura. En realidad lo que hay que hacer es ir viendo, cada uno, en sus etapas de vida, cuales son las necesidades reales que se tiene. Y en verdad me quiero ir de mi casa, a vivir solo, para que quiero eso? Que me motivan realmente? Cuales son los precios que voy apagar, las consecuencias que voy a tener por eso? Los beneficios que me va a dar hacer este paso? Animarme, saber que hay un camino de ida y que también ese camino me puede servir para volver. Que volver no debe ser anotado como un fracaso, sí como un aprendizaje, porque el que se fue no vuelve siendo el mismo. El aprendizaje valió.

Hace unos días un amigo de casi unos 50 años de edad, con una historia muy particular, después de hacer un trabajo, me dijo me voy, y se fue así como el caso de Sofi. Yo le pregunté y por que te vas y me dijo: porque quiero estar lejos. Pues le respondo: estar lejos no significa estar independiente. Y si te vas enojado, vas a seguir dependiendo. Volvió a los 20 días con la sensación de que su vuelta era un fracaso. Yo lo esperé con los brazos abierto y le dije “bienvenido” estuvo muy bueno que pases 20 días lejos, porque no sos el mismo. Estuvo muy bueno aunque no resultó lo que él quería. Una cosa es la independencia y otra la distancia.

Por parte de los padres, deben dejar de ir a los hijos: porque saben lo que hicieron con sus hijos, porque confían y sobre todo porque saben que no siempre vana estar al lado de los padres. Saben que el rol de mamá tiene principio y tiene fin, aunque claro! Nuca se va a dejar de ser padre o madre del su hijo, pero sí va a dejar de ejercer el lugar de padre/ madre., como un cuidador, sino que va a cambiar ese lugar.

MILI: se vive como mucho dolor  para los padres ese momento que el hijo se va, ya sea que se vaya en bueno o en malos términos.

RICARDO: no siempre es así, porque si hay mucho dolor por parte de los padres en el momento de dejar ir a su hijo, es porque no creen haberlo preparado lo suficiente. Porque si los padres hicieron que su hijo crezca también desde el rol de padre se está preparando para ese momento del despegue del hijo. Y entonces el momento del despegue se lo debería ver como un acontecimiento muy feliz! Por qué?? porque está cumpliendo su sueño.

Entonces no hay dolor si me preparé. En realidad lo que sucede es que se forma un espacio vacío, que en psicología se llama “síndrome del nido vacío”. Se trata de el tema: “en que voy a ocupar ese tiempo vacío”? y en realidad es un tiempo muy bueno, muy valioso para recuperar cosa, es un tiempo, para hacer cosas postergadas,  cosas que a lo largo de mi vida no pude hace, bueno ahora tengo tiempo para mostrar otros talentos que tengo adentro: pintar escribir, o sino también animarme a hacer nuevos emprendimiento, por ejemplo una mamá puso un kiosco, un negocio y no era por una cuestión económica, sino que siempre quiso hacer tener un negocio así.

Está bueno que ocupe ese espacio vacío, que de otra manera se convertiría en reclamo para el hijo.

MILI: Ricardo, vamos a escuchar algunos testimonios, que los chicos van contando su experiencia sobre este tema de irse a vivir solo. Vamos compartirlo:

NOTA 1: vivo en casa con mi familia, con mis viejos, me levo bien con ellos, y tengo una buena relación y no me voy a ir a vivir solo porque por ahora tengo pensado estudiar. Y quiero aprovechar al máximo esta buena relación y el hecho de poder estudiar. En mi casa me siento cómodo, estoy la mayoría del tiempo fuera y cuando vuelvo me tratan bien! Me preparan la comida, me tiene la ropa limpia


NOTA 2: mi nombre es Ivana, tengo 22 años, vivo con mis padres. No tengo pensado ir a vivir sola por el momento, sí quizás más a delante, en este momento me siento cómoda en mi casa, no tengo que pagar cuentas, sí hago una colaboración, pero para proyectar y pensar en irme a vivir sola es necesario tener un mayor sueldo.  Yo puedo entrar y salir de i casa libremente sin rendirle cuenta a nadie. Cuando vuelvo encuentro todo en orden, limpia la casa, la comida hecha.


NOTA 3: mi nombre es Analía, acabo de cumplir  25 años y a los 23 decidí irme  a vivir sola, por una cuestión de autonomía, de poder manejar mi dinero, administra mis horarios, además tener un espacio de tranquilidad y de poder ir adaptándose al futuro. La decisión de irme  a vivir sola, trajo en mi casa, mucho revuelo, teniendo en cuenta que soy la hija menor y que mis padres pretendían que como menor este con ellos y de la noche a la mañana decidí  irme a vivir sola, por una cuestión de pode conocerme a mí misma y no depender tanto de otro, generó mucho revuelo, pero es un bien para mí, eso lo aceptaron en mi casa y ahora están muy feliz y ahora no quieren que vuelva más.

NOTA4: soy Guillermina,  me fui a vivir sola por varias circunstancias, una de ellas porque quería estudiar pero también tenía que trabajar, para poder mantenerme, viviendo sola. Eso implica responsabilidades, y cuestiones que cuando uno vive en su casa depende mucho de sus padres y cuando uno va a vivir sola, ve como se va atando la vida cotidiana con los quehaceres. Como experiencia  a mí me hizo crecer muchísimo. Las responsabilidades te ayuda mucho a crecer, madurar y uno mira todo desde otra perspectiva. Los logros el sacrificio por conseguir algo.


MILI: Ricardo, me imagino que por tu experiencia en la Fundación Despegar te habrás encontrado ejemplos como el caso de la chica que se quería ir a vivir sola que se sentía preparada, pero por no hacerle sentir mal a los padres “no sé” que irse.

RICARDO: hay cuestiones de una forma de amor, como bastante confusa, , están las cosas bastante resueltas, no me animo por mis padres……

Se me ocurrieron varias respuestas, una es cuando Jesús teniendo doce años de edad se queda en el templo con los maestros y María al hallarle le dice: porque nos haces esto (a nosotros) Y Jesús le responde con una lección de amor: “Yo tengo que hacer, lo que tengo que hacer”.

Acá en el testimonio de esta chica: dice yo me tengo que ir, pero no quiero porque mis padres sufrirían. Pero bueno, tenes que evolucionar, que cumplir tu sueño, (hacer lo que hay que hacer.) hemos venido a este mundo a expandirnos, a evolucionar nuestra conciencia.

Hoy consideramos que la adolescencia puede durar hasta los 35 años, es decir que los jóvenes de hoy están eligiendo, no ser independiente. Están entregando a lo mejor diez años de vida, de independencia a cambio de no tener que asumir responsabilidades.

Un testimonio, que decid vivir con los padres y que estaba bien tranquilo, porque no necesita rendirle cuantas a nadie. Esto es falso, de algún modo uno siempre está rindiendo cuentas en cualquier convivencia y también hay ciertas condiciones, lógicamente.

Hay algo que se cree erróneamente, que uno puede convivir sin normas de convivencia y se forman grandes discusiones familiares por esto. Acá mamá y papá o quien tiene la autoridad, quienes son los adultos de la casa, ponen las reglas. Y no importa la edad que tengas.

La cuestión del ser humano que necesita espacio propio, no importa en que condiciones, casado, soltero, en mi espacio propio yo fijo mis reglas. Hay confusión de reglas, papá y mamá no se animan a poner reglas, los hijos no ven los límites y llega un momento en que los padres invaden el espacio de los hijos o los hijos de los padres. En los dos casos estamos hablando de situaciones que no están bien.

MILI: ¿hay una edad para irse a vivir solo?

Ricardo: no se trata de la edad, sino de la etapa madurativa, para irse a vivir solo. Es cuando lo necesitas, es cuando lo sentís. Si me permiten les cuento un cuento…

 

 
Un maestro decidió salir junto a su jóven discípulo a visitar algunos de los parajes más pobres de la provincia. Después de caminar un largo rato encontraron el vecindario más triste y desolador de la comarca y se dispusieron a buscar la más humilde de todas las viviendas. Aquella casucha a medio derrumbarse, que se encontraba en la parte más alejada del caserío era, sin duda alguna, la más pobre de todas. Sus paredes se sostenían en pie de milagro aunque amenazaban con venirse abajo en cualquier momento; el improvisado techo dejaba filtrar el agua, y la basura y los desperdicios se acumulaban a su alrededor dándole un aspecto decrépito y repulsivo.
 
 
Sin embargo, lo más sorprendente de todo era que en aquella casucha de apenas seis metros cuadrados vivían ocho personas. El padre, la madre, cuatro hijos y dos abuelos se las arreglaban para acomodarse de cualquier manera en aquel reducido espacio. Sus ropas viejas y remendadas, y la suciedad y el mal olor que envolvía sus cuerpos, eran la mejor prueba de la profunda miseria que ahí reinaba. Sus miradas tristes y sus cabezas bajas no dejaban duda de que la pobreza y la inopia no sólo se había apoderado de sus cuerpos sino que también había encontrado albergue en su interior. Curiosamente, en medio de este estado de penuria y pobreza total la familia contaba con una sola posesión extraordinaria bajo tales circunstancias, una vaca. Una flacuchenta vaca cuya escasa leche le proveía a la familia un poco de alimento para sobrevivir. La vaca era la única posesión material con la que contaban y lo único que los separaba de la miseria total. Los peregrinos pidieron alhojamiento y algo de comida, a lo que el dueño de casa contestó: "Como verán soy muy pobre, todo lo que tengo para ofrecerles es algunas gotas de esta vaca flaca que es toda nuestra fuente de alimentos".
 
 
Al día siguiente, muy temprano, asegurándose de no despertar a nadie, los dos viajeros se dispusieron a continuar su camino. Salieron de la morada y caminaron muchos kilómetros. Llegada la tarde, el anciano maestro envió a su discípulo:  "Vuelve a la casa donde nos alhojamos anoche y sin que nadie se de cuenta, desata la vaca y arrójala por el barranco para que crean que fue un accidente. Cuando te asegures de que esté muerta, vuelve que te voy a estar esperando". El joven quedó atónito y no podía creer lo que su maestro le pedia. Éste al ver que dudaba le insistió recordándole su voto de obediencia pactado antes de emprender el viaje.
 
 
El pobre muchacho no podía comprender semejante atrocidad… ¿cómo matar la única fuente de alimentación de aquella  familia que con tanta atención los había recibido?. En medio de su contradicción, cumplió con la tarea que su maestro le había encomendado y retomó su marcha.
 
 
Encontró al anciano y sin comentario alguno continuaron con el recorrido por el poblado. Terminada la misión volvieron a su lugar de orígen.  Durante los días siguientes al joven le asaltaba una y otra vez la nefasta idea de que, sin la vaca, la familia seguramente moriría de hambre y que ellos eran los culpables. Sin embargo no se animaba a preguntarle a su maestro por qué habian hecho eso.
 
 
La historia cuenta que, un año más tarde, los dos hombres decidieron pasar nuevamente por aquel paraje para ver qué había ocurrido con la familia. Buscaron en vano la humilde vivienda. El lugar parecía ser el mismo, pero donde un año atrás se encontraba la ruinosa casucha ahora se levantaba una casa grande que, aparentemente, había sido construida recientemente. Se detuvieron por un momento para observar a la distancia, asegurándose que se encontraran en el mismo sitio. Lo primero que pasó por la mente del joven fue el presentimiento de que la muerte de la vaca había sido un golpe demasiado duro para aquella pobre familia. Muy probablemente, se habían visto obligados a abandonar aquel lugar y una nueva familia, con mayores posesiones, se había adueñado de éste y había construido una mejor vivienda. ¿Adonde habrían ido a parar aquel hombre y su familia? ¿Qué habría sucedido con ellos? Quizás fue la pena moral la que los doblegó. Todo esto pasaba por la mente del joven mientras se debatía entre el deseo de acercarse a la nueva vivienda para indagar por la suerte de lo antiguos moradores o continuar su viaje y así evitar la confirmación de sus peores sospechas.
 
 
Cuál no sería su sorpresa cuando, del interior de la casa, vio salir al mismo hombre que un año atrás les había dado posada. Sin embargo, su aspecto era totalmente distinto. Sus ojos brillaban, vestía ropas limpias, iba aseado y su amplia sonrisa mostraba que algo significativo había sucedido. El joven no daba crédito a lo que veía. ¿Cómo era posible? ¿Qué había acontecido durante ese año? Rápidamente se dispuso a saludarle par averiguar qué había ocasionado tal cambio en la vida de esta familia.  El hombre, que ignoraba que el joven y su maestro habían sido los causantes de la muerte de la vaca, les contó cómo, casualmente el mismo día de su partida, algún maleante, habían encontrado muerto al pobre animal. El hombre les confesó a lo dos viajeros que su primera reacción ante la muerte de la vaca fue de desesperación y angustia. Por mucho tiempo, la leche que producía la vaca había sido su única fuente de sustento.  -Sin embargo –continuó el hombre- baje la barranca y saqué lo poco de carne buena que tenía la vaca para poder cambiarla en el pueblo por un poco de aceite y huevos. Como los niiños tenian hambre, los mandé a los campos de los vecinos para que trajeran algo de comida a cambio de cualquier trabajo. Ese día juntamos los huevos y la manteca por las que cambié la carne, los niños trajeron harina y mi señora preparó unos exquisitos panes. Nos había ido bien, asique al día siguiente los chicos salieron nuevamente a los campos. Yo fui al pueblo y  vendí el pan que sobró por más aceite. Así a la tarde la mamá de mis hijos preparó más pan…"  Así habían hecho desde entonces cada día, y  por primera vez en sus vidas tuvieron dinero suficiente para comprar mejores vestidos y hasta arreglar la  casa.
 
 
El dueño de la vivienda agradeció de todo corazón el paso de los visitantes y el cambió de suerte que había significado en sus vidas su paso por el hogar. "De esta manera, poco a poco, dijo el hombre, este año nos ha traído una vida nueva. Es como si la trágica muerte de nuestra vaca, hubiese abierto las puertas de una nueva esperanza".
 
 
Los caminantes se despidieron y continuaron el camino. El maestro, quien había permanecido en silencio escuchando el fascinante relato del hombre, preguntó: -¿Tú crees que si esta familia aún tuviese su vaca, habría logrado todo esto? -Seguramente no –respondió el joven. –¿Comprendes ahora? La vaca, además de ser su única posesión, era también la cadena que los mantenía atados a una vida de conformismo y mediocridad. Cuando ya no contaron más con la falsa seguridad que les daba sentirse poseedores de algo, así sólo fuera una flacucha vaca, tomaron la decisión de esforzarse por buscar algo más.
 
 
 

                                                                                                                                                                                         Dr. Camilo Cruz
 
 
Nos animemos a pensar en los desafios grandes que tenemos en frente y las vacas flacas que nos separan de ellos. ¿Cuáles son esas vacas flacas que te atan? ¿Cuáles son esos pasos que sentis que tenes que dar y algo te lo impide?