Metas para el 2011

viernes, 14 de enero de 2011
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   Trataremos a través de este programa de proponernos no arriar las banderas de nuestros sueños, nuestros proyectos, nuestras metas. Que podamos decir “las cosas cambian”.

   A los que vienen de afuera les llama mucho la atención la negatividad de los argentinos respecto de ellos mismos, que se refleja como un lamento, una queja, que podría interpretarse como una baja autoestima. También podría leerse como orgullo o soberbia, es decir, pretendemos tanto de nosotros mismos que nada nos conforma. Otros países con problemas muchos mayores a los nuestros a nivel país, viven sin embargo con sentimientos de amor a la patria, de respeto , de amigabilidad con las situaciones históricas mucho mas altos.

   ¿Qué nos pasa que tenemos esta tendencia a una negatividad tan alta? ¿Por qué estamos siempre aplazados ara los exámenes que nosotros mismos nos hacemos? Los comentarios frente al presente y al futuro son siempre negativos: ‘siempre es así’, ‘nunca va a cambiar’. Con mucha frecuencia las banderas de la esperanza están arriadas, y esto nos va cargando de una negatividad que yo creo tiene distintas explicaciones.

   Un ejemplo muy claro está en la información que se da a través de los medios: siempre noticias relacionadas a robos, accidentes, asaltos, violencia… y lo positivo, que nos pasa y es mucho, tiene muy poca prensa. Esa negatividad que estamos consumiendo tiene dos factores. Por un lado el miedo, y por otro, los que lucran con el miedo.

   Hay tres cosas que llaman la atención: lo vinculado al sexo, a la violencia (la ira) y al miedo. Por esos tres andariveles emocionales van los que saben que trabajando sobre esos sentimientos van a convocar la atención. Y los que lucran con la atención de la gente porque son capaces de catarla –porque esto está relacionado con la publicidad, el consumo, etc-, se ven muy tentados de expoliar permanentemente el andarivel del miedo en nuestro corazón. Eso tienen nosotros un impacto muy grande hacia adentro, hacia nuestra proyección hacia el futuro, hacia nuestro modo de conocimiento de la realidad. Estamos muy intoxicados por el miedo y esto nos lleva a pensar que las cosas negativas no van a cambiar. El rumor del miedo amenaza permanentemente y va atando nuestros sueños, nuestras esperanzas. Y esto es una forma de anclar el poder que tenemos de cambiar.

   En cambio la realidad nos dice otra cosa. Por eso es lindo estudiar historia y darnos cuenta de que las cosas sí cambian y mucho: los proyectos se realizan, hay proyectos interesantes nuevos por conocer. Hay tiempos difíciles, oscuros, caóticos, es cierto. Pero hay tiempos de resurrección. Los problemas tienden a buscar solución. Es ley de vida. Y nuestros deseos y necesidades buscan ser satisfechos, y los sueños se convierten en realidad. Debemos ‘vacunarnos contra el miedo’. Jesús no dijo tanto ‘no pequen’ como ‘no tengan miedo’. En la profundidad de la historia hay un motor, una fuerza humilde, casi se diría aparentemente silenciosa, austera, pero implacable. Es el Espíritu santo.

TEMA MUSICAL: CAMBIA TODO CAMBIA

   Ese velo gris que tiñe de sin sentido todas las cosas, que nos sumerge en una rutina tediosa, vacía, donde el alma verdaderamente va muriendo y donde creo que se muere de manera más peligrosa e imperceptible porque envejece en esa rutina gris, vacía, donde los deseos profundos, los sueños, los proyectos han quedado anestesiados con objetos de consumo, con la vida comprada. Ese es un mal camino para el corazón humano.

   Es hermoso marcar metas: no hay nada mejor que vivir como uno quiere vivir, lograr lo que uno quiere lograr, y no es tanto la meta cuanto el camino. Si logramos apasionarnos de un proyecto, independientemente de que triunfemos o no, si nuestra pasión es transitar el proyecto, hacer el intento, ese es el camino de la felicidad. Aunque no logremos el desenlace de ese proyecto, nuestra vida queda cargada de momentos de felicidad por haber transitado ese camino. Creo que esa es la fórmula de la felicidad, que fue lo que Jesús nos quiso decir cuando dijo “Yo soy el Camino”, es decir, no soy el objetivo, no estoy allá en la meta esperándote, sino que camino a tu lado, y mientras caminamos juntos disfrutamos y somos felices.

   Anselm Grum, cuenta en uno de sus libros que cuando era chico soñaba con ser albañil. Su casa había sido dañada por los bombardeos de la segunda guerra mundial. Decía “En mis deseos de ser albañil yacía el deseo de que mi casa fuera un lugar habitable nuevamente: reparar los daños y sanar las heridas” El se da cuenta de que lo que latía en el era ese deseo: reparar daños y sanar heridas. ¿fue albañil? No. Fue monje, y terapeuta, y escritor. Pero en definitiva hizo lo que soñaba: reparar daños y sanar heridas y hacer de nuestra vida un lugar habitable. No lo hizo con ladrillos: lo hizo con su sabiduría, con su mente y con su oración. Pero lo hizo.

TEMA MUSICAL: AUNQUE EL TIEMPO…SE QUE VOY A ESTAR DE PIE

   Hay muchas personas que no conocen la satisfacción de caminar hacia sus sueños simplemente porque el miedo les ha impedido movilizarse. Prefirieron no correr el riesgo antes que perder. Mal camino. El Evangelio apunta al corazón de este problema. Por eso Jesús dice en reiteradas oportunidades “no tengan miedo”: porque la falta de fe, de esperanza, no dejan visibilizar el horizonte, el ni siquiera imaginarlo, porque hay muchas fuerzas que operan en contra de las esperanzas humanas, en contra de sujetos señores de su propia historia, mediadora de los grandes valores de la vida. Por eso muchas veces las cosas no se ven, pero no por eso deben dejar de verse con los ojos del alma, del corazón. Esas cosas esenciales son invisibles a cierta clase de miradas, y hay que aprender a desarrollar estas otras miradas desde las cuales Dios nos espera para animarnos a conocer esa felicidad y ese placer, que en muchos casos a veces, aún a costa de la propia vida, fue mas atractiva que la misma vida. Hay personas que han derrochado la vida porque estaban enamorados de un sueño. Y esa es la calidad de vida a las que nos llama Dios. Hay personas que piensan que no merecen cosas buenas, y entonces ‘soportan’ la vida sin metas, sin proyectos, sin ideales, y cargan la vida como una mochila pesada. Hay personas que no saben dónde quieren ir ni lo que quieren hacer y no se dan cuenta de que muchas cosas buenas están a su alcance. Están demasiado ocupadas en reaccionar ante las instigaciones de las circunstancias y se olvidan de proyectar, de desear. Y el deseo es poder. El cambio es posible. De hecho las cosas cambian, la historia cambia, las fuerzas cambian. Y fijarse metas es direccionar esos cambios, y por tanto es un poder propiamente humano. El fracaso en lograr nuestros deseos está pavimentando la tentación de la mediocridad. El alcance de nuestros deseos, de nuestras metas, exige un esfuerzo del corazón, del alma, del cuerpo y también de nuestro tiempo. Pero es lo que nos da el rumbo hacia el objetivo. Tener metas hace la vida interesante, genera entusiasmo, logra energía, es una chispa mental que mejora la lucha. Cuando trabajamos para lograr una meta las energías no se gastan, se aumentan. El tener metas cura el aburrimiento. Cura incluso enfermedades crónicas.

TEMA MUSICAL “HOY LA FANTASIA SE HACE REALIDAD”

   Las fantasías expresan muchas veces los sueños que no quieren morir y que no nos animamos a convertir en metas porque de alguna manera hemos comprado el discurso que nos dice “no se puede”, discurso que o leemos en la sociedad o en los otros, o un discurso que proviene de nuestros propios fracasos. Cuando el alma abdica, envejece. El Reino de los cielos es de los que son como niños, y lo que mas se ve en los niños es mucha fantasía. Obviamente es fantasía que tiene que transitar un camino de maduración, de encarnarse en la realidad, pero no morir. Esas fantasías infantiles hablan y dicen mucho de nuestros sueños. Hoy las chicas sueñan con ser princesas. Y en realidad en el fondo todos somos princesas y príncipes, y debemos tratarnos de esa manera. En el fondo, es el deseo de considerarnos hermosos (porque esos son sueños del alma humana). Lástima que hoy la industria y el comercio lucran con eso, porque toda la industria de la cosmetología sabe que en el fondo está ese sueño de ser hermoso, sueña con que mirándose en el espejo de los demás otros nos vean hermosos. Pero el alma no desea en los términos de la belleza física.

   Ya bien entrada la vida, es muy frecuente que el que se siente solo se imagine rodeado de amigos. Por medio de esas fantasías podemos tener una orientación de lo que nuestra alma está deseando, y lo expresa a veces en términos infantiles porque fue en nuestra infancia o pubertad tal vez la última vez que nos permitimos soñar, que nos permitimos no adaptarnos a lo que nos dijeron que era la vida, porque una fuerza interior –que yo creo que es Dios-nos dice que ‘la vida es algo mas que un simple plato de comida’. Cuando el alma deja de soñar, no podemos quedarnos con el barrilete embarrado en el piso. Hay que construir otro. ¿cuáles son nuestras metas?¿qué problemas queremos que se resuelvan? ¿Qué cosas materiales desearíamos tener’? ¿qué cambios queremos hacer en nosotros mismos? Es importante sacar esas fantasías y sueños a la luz de la conciencia, porque tienen un poder en si mismos y porque la mente –que a veces está tan llena de ruidos y de otras voces- necesita escuchar las voces de la profundidad del corazón. Y convertir en meta lo que deseamos, no es obsesionarse, no es ser un loco. Es simplemente dejar que emerja a la luz de la conciencia y dejarlo ahí.

¿No sabemos lo que queremos? Convirtamos en meta descubrir lo que queremos. ¿queremos acercarnos a Dios? ¿queremos aprender a decir que no? ¿queremos resolver algún enojo? ¿queremos mejorar la relación interpersonal con alguien? ¿queremos dejar de controlar, dejar de preocuparnos? ¿queremos aprender a disfrutar de algo? ¿queremos aceptar a determinada persona? ¿queremos perdonar? Convirtamos esos deseos en metas y dejémolos allí, que las metas tienen su propio poder.

TEMA MUSICAL “YO QUISE SER UN BARRILETE”

   Cuando uno se anima a hacer el duelo de un sueño roto, solo entonces, el alma puede renacer de nuevo. El sueño adquiere otra forma, otro rumbo, pero es el mismo sueño. Es una reacción inadecuada ante un sueño roto es no exponer el dolor, creer que se pueden compensar los sueños incumplidos ‘con un plato de comida’

   Los sueños no mueren, porque no muere el sueño de Dios hacia el hombre. “Mi palabra no volverá a subir sin haber dado su fruto.” La semilla queda esperando el momento oportuno, las condiciones y las circunstancias. En cuanto tenga la luz, la humedad y la tierra propicia la semilla brotará. Los sueños no mueren. Solo cambian de forma.