04/06/2020 – El padre Facundo Fernández Buils es un sacerdote joven del clero del Arzobispado de Buenos Aires. Se ha convertido en un referente por el uso que hace de las nuevas tecnologías y la forma en que se acerca a los medios de comunicación. Actualmente está estudiando Pastoral de la Comunicación Social en la Universidad Lateranense en Roma. “Tengo 36 años y nací en Buenos Aires. Pero mis papás son de Pergamino, una ciudad de la provincia de Buenos Aires a 220 kilómetros de la Capital Federal. Como tantos jóvenes, vinieron a estudiar a Buenos Aires y se quedaron para siempre. Yo nací en Buenos Aires, pero toda mi familia está en Pergamino. Quiero mucho a esa ciudad, y tengo lindísimos recuerdos de muchos veranos vividos allí. Tengo 4 hermanos más y no tengo duda que es de las cosas más lindas que me dio la vida. Siempre se lo agradezco a mis papás”, recordó Facundo.
“Pensando en mi infancia, sin duda han dejado una huella imborrable los Hermanos Maristas. Desde los 3 años me formé con ellos hasta terminar el secundario. Mis primeros recuerdos de experiencias de fe son en el colegio Manuel Belgrano. Siempre sentí que el colegio era mi casa. Y eso me quedó marcado a fuego. Los hermanos, los docentes, los empleados, y todos estaban comprometidos con la formación personal de cada uno y con transmitir este clima de sentirse en casa. En el tiempo de la adolescencia empecé a participar de las primera experiencias pastorales, en el movimiento juvenil marista. De ese tiempo tengo recuerdo muy lindos: la experiencia de comunidad, la oración, los primeros pasos en el servicio. Todo vivido en una gran clima de alegría y fraternidad”, agregó el padre Facu.
“Me gustaría de este tiempo recordar dos acontecimientos que transformaron mi vida. Fueron en torno a los 15 años. Uno fue un retiro que viví con el movimiento juvenil marista. Me enseñó a mirar mi vida desde una nueva clave: experimentar que Jesús estuvo siempre conmigo, que se hace cargo de mí y nunca me abandona. El segundo fue un encuentro de jóvenes que se realiza en Mar del Plata cada verano desde hace muchos años que se llama “Navidad junto al lago”. Más de 150 jóvenes se reúnen para organizar un especulado de luz, sonido e imagen sobre la vida de Jesús. Navidad junto al lago fue para mí una experiencia integral de fe, siendo consciente de lo que significa seguir a Jesús, anunciar su Reino y la Buena Noticia”, reflexionó.
“Como todo joven, después de terminar el colegio busque qué carrera seguir. Apenas salí del colegio empecé con la carrera de medicina. También tuve la posibilidad de empezar a trabajar en el mismo colegio marista en que me había formado. Para mi fue una gran alegría por ser parte de esa experiencia formativa tan significativa que había vivido. Después de estudiar tres años, por diversas razones dejé la medicina y me puse a estudiar comunicación digital e internet. Sin embargo experimentaba que lo que hacia no me alcanzaba. Que me sentía más pleno cuando vivía alguna tarea pastoral o me dedicaba a anunciar la Buena Noticia de Jesús. Por ese tiempo comencé un Seminario Catequístico y la pregunta sobre mi vocación se hizo más fuerte”, dijo el padre Fernández Buils.
“En un momento esta pregunta se hizo muy grande y me acerque a un sacerdote para compartirle lo que me estaba pasando y para que me ayudará a saber cómo tomar una decisión. Con él empecé un proceso de discernimiento que duró alrededor de una año. Durante ese año el sacerdote me acercó al Seminario, el cual me ayudó mucho también en mi proceso de discernimiento. Finalmente en marzo del 2006 entré al Seminario de Buenos Aires para comenzar mi formación sacerdotal”, indicó el sacerdote porteño.
“Cuando uno entra al seminario pone en las manos de Jesús toda su vida. Y en este dejar todo, también dejé en sus manos todo lo que hacía en comunicación. La vocación a la comunicación esta presente desde hace varias generaciones en mi familia: mi bisabuelo creo la primer radio de Pergamino y fue un gran fotógrafo amateur. Mi papá se dedicó siempre al mundo de la comunicación, especialmente la fotografía, el video y la televisión. Y desde muy chico fui “absorbiendo” todo eso. Pero en ese momento yo pensaba que ser cura es solo celebrar misa y acompañar los grupos de jóvenes. Y así fue como poco a poco, durante el Seminario fui descubriendo que el Señor me pedía acompañar con mi ministerio el mundo de la comunicación. Poco a poco durante el Seminario comencé a colaborar en distintas instancias de comunicación en la Iglesia y a seguir aprendiendo cómo comunicar la Buena noticia de Jesús, desde el desafío de ser instrumento de comunión. Siempre doy gracias a Dios por los grandes maestros de la comunicación eclesial que he conocido en ese tiempo”, sostuvo el padre Facu.
También expresó: “Ya como diácono, el cardenal Bergoglio me encargo el área pastoral del Centro de Comunicaciones Nuestra Señora de Lujan, una productora de contenido radiofónico y multimedia que existe en nuestra diócesis desde hace más de 30 años. En ese tiempo tuve el privilegio de encontrarme con comunicadores de distintos lugares del país y compartir sus sueños y preocupaciones. Y como sacerdote estuve 5 años como responsable del equipo de comunicación de la pastoral juvenil diocesana, una experiencia que me permitió trabajar con muchos jóvenes que aman la comunicación y que quieren vivir cristianamente su vocación a la comunicación”.
“Hace algunos años, hablando con el cardenal Mario Poli me ofreció la posibilidad de formarme con mayor profundidad en pensar el rol de la comunicación en la evangelización de la Iglesia. Por esta razón, desde hace dos años estoy en Roma haciendo una especialización en Teología pastoral con especialización en comunicación social. Realmente la experiencia de estudiar en Roma es riquísima. No solo por lo que uno aprende, sino por la posibilidad de estar en el corazón de la catolicidad de la Iglesia, compartiendo la formación con sacerdotes, religiosos y laicos de todo el mundo. La riqueza es impresionante”, dijo. En el final hubo tiempo para recordar la visita de hace unos años atrás del padre Facundo al programa “Metro y medio” en la Radio Metro de Buenos Aires, conducido por Sebastián Wainraich y Julieta Pink
Esta fue la oración misionera que rezó el joven sacerdote:
Señor Jesús, quiero darte gracias
por estar siempre presente en mi vida,
por acompañarme respetando mis tiempos,
sanando mis heridas y fortaleciendo mis virtudes.
Gracias por haber puesto en mi camino
tantas personas, instrumentos de tu misericordia,
que me ayudaron a crecer,
y me hicieron experimentarme hijo amado tuyo.
Gracias por llamarme a esta vocación
tan hermosa del ministerio sacerdotal.
Gracias por haberme confiado tantas personas e historias,
para acompañar sencillamente.
En esta oración las pongo en tus manos y en tu corazón.
Te pido la gracia de ser cada día mejor comunicador
de tu misericordia y tu amor.
Dame la sabiduría del arte de tejer vínculos,
para ayudar a fortalecer las relaciones entre tus hijos,
siendo constructor de puentes y no de muros.
Te lo pido por la intercesión de María de Guadalupe,
puente de comunión entre tus hijos.
Amén.
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