Rey temporal, rey eternal

lunes, 28 de marzo de 2011
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Rey temporal

 

Ignacio dice, que debemos buscar un rey temporal, tomado de la mano de Dios. Hoy reyes no hay, pero si tenemos líderes. Los líderes que hay hoy a veces no los encontramos en el mundo de la decisión pública, pero si lo encontramos en otros ámbitos, en ámbitos de la vida religiosa, a nivel internacional por ejemplo, la madre Teresa de Calcuta, Juan Pablo II, Luther King, otro gran líder que viene del mundo negro, que buscó justamente superar las dificultades de la raza de color en EE.UU. El presidente de Sudáfrica, Mandela, que trajo la paz a Sudáfrica. Hay referencias de liderazgos en el mundo contemporáneo. Más cerca de nosotros un gran líder podría ser Juan Car, el fundador de la red solidaria.

¿Cómo serían las características de ese líder?

Puede ser un líder imaginario, atención. Es decir, ¿Cómo imaginamos a un líder en este tiempo? A un hombre, a una mujer que de la mano de Dios se nos ofrece para caminar detrás de él, dejando todo lo que tendríamos que dejar y adhiriendo todo lo que él propone para alcanzar el propósito que él tiene. Por ejemplo este de terminar con el hambre del mundo, terminar con el racismo, con las divisiones sangrientas entre hermanos, terminar con la violencia. Una causa que tenga ese líder, que nosotros podemos, si es que no está afuera de nosotros, dentro nuestro, seguramente que hay un arquetipo de liderazgo, es decir una imagen de liderazgo, con el cual necesitamos adherir. Un líder que sea capaz de terminar con el aire y traer la seguridad, generar una nueva economía en el mundo y transformar las relaciones vinculares en el ámbito de la vida familiar. Tal vez todas estas o alguna sola de todas estas cosas. Este líder propone una determinada conducta y nos dice que para alcanzar aquello que él nos propone y nos llama a colaborar con él en la tarea que se ha propuesto para una humanitaria transformación de una parte de la realidad, necesitamos cumplir con determinados requisitos. ¿Cuáles serían esos requisitos? Ignacio dice, comer como él lo hace, vivir como él vive, hacernos a su modo y a su estilo en el fondo. Este viene a invitarme a hacer y a llevar adelante un estilo de vida determinada. Trabajar conmigo en el día y vigilar en la noche. En ese estilo nos invita este rey temporal.

 

 

Entonces nos tomamos un tiempo, como para pensar ¿Cuál sería el arquetipo, el modelo de hombre o de mujer que vendría a responder a un aspecto de la vida humana en sus necesidades de hoy, qué rasgos tendría y cuál sería las exigencias que plantearía?. Y ponerlo en relación a nosotros, cuánto daría yo si encontrara realmente un líder capaz de…..esto…y de esto. Y yo estaría dispuesto a sacrificar.…esto….y esto.

Esto sería vínculo con el rey temporal, que viene de la mano de Dios. Dios lo ha puesto como arquetipo en nuestro corazón y nos invita desde ahí a reflexionar, a pensar y a despertar en nosotros resortes que nos hagan apuntar alto, en lo que tenga que ver con la transformación del mundo.

 

 

 

 

 

 

Rey eternal

 

Es el mismo nuestro Señor Jesucristo, quien ya no invita a una causa en particular, sino a poner en medio de la humanidad el reino nuevo de Dios, de paz, de justicia,

de gozo y de alegría. Es Jesús el que ahora pasa por tu vida y te invita al seguimiento.

Es bueno para esta parte del ejercicio, conectarnos con los textos de llamamientos vocacionales, por ejemplo, cuando el Señor llama a Abraham y lo invita a dejar su tierra, a su casa, porque hay una tierra prometida para él. O cuando Dios llama de la zarza ardiendo a Moisés y la dice que se acerque a Él con actitud de reverencia y temor divino porque está ante un lugar que es sagrado, aquella zarza que no se consume y arde, es presencia del Dios vivo. Dios es el Dios de Abraham, Isaac, Jacob, también es su Dios. Y lo invita a volver por los caminos desde donde Moisés venía escapando de Egipto para buscar al pueblo que había quedado esclavizado en Egipto y llevarlo también a una tierra de promisión, a la tierra de libertad que Dios quería para su pueblo, el elegido. Como Dios llama desde el seno materno, le dice a Jeremías, antes de haberte formado en el seno materno yo te había elegido. Ya aquí el que elige es el Señor. Ya no somos nosotros los que nos sentimos atraídos por la imagen de un personaje líder que atrae con su fuerza de impacto para llevar adelante una obra humana de características particulares, sino que es Dios mismo el que hace su elección por nosotros y nos invita a seguirlo decididamente. Es el Dios que llama a Pedro, a Santiago, a Juan, en el comienzo del camino discipular de los doce que Él constituye como amigos suyos alrededor de su mesa, para compartir su ministerio apostólico. De envío y de enviados.

Cuando el Señor llama, ¿qué promete?, cuando el Señor invita ¿qué hace?, seduce

Y su seducción es de tres características de amor que atrae, que el llamado se descubre particularmente entregado al servicio, aun cuando tenga mucho que sacrificar. Y no le interesa que en el llamado Jesús diga, ‘El que quiera seguirme, que cargue con su cruz y me siga’. Tampoco le interesa que al llamado, al elegido, al convocado por Jesús, ir detrás del Señor sólo con un bastón, con una túnica, con dos sandalias y con nada más por el camino. Porque hay una fuerza en el que llama que atrae por su propia presencia. Es la presencia de Jesús que convoca, que llama e invita a su seguimiento. ¿Porqué será que esta fuerza es tan atractiva, la de Jesús, convocando, llamando, invitando al seguimiento? Por su amor, por su ternura, por su fortaleza, porque abre dentro de nosotros realmente un horizonte de reino nuevo, de orden nuevo para la humanidad.

 

 

Te invito a que te pongas en contacto con el rey eternal, Jesús, el Cristo que te llama y te mueve a seguirlo. ¿Qué te dice Jesús cuando te invita al seguimiento? ¿Cómo es que te llama por tu nombre y por dónde sentís que Dios te dice: *Vení, seguime*, en qué aspecto de tu vida se nota que vos te haces detrás de Jesús, discípulo de Él, en la búsqueda de lo que es lo que te ofrece Él como vida nueva? Y ¿Dónde está la vida de Jesús nueva que se ofrece a tu vida?

 

En realidad, discipulado y misión constituyen un único llamado.

¿Quien es el discípulo? El discípulo es la persona que ha sido llamado a seguir al Maestro, Jesús. Es la persona que viene detrás del Maestro para aprender, por tanto es la persona que escucha, que observa los gestos y las acciones de su maestro, para encaminarlas y manifestarlas en la propia vida. Esto es lo que estamos buscando, encontrar los rasgos que te atraen de la persona de Jesús y detrás de esos rasgos que te atraen, su pobreza, su bondad, su misericordia, su generosidad, su espíritu orante, su compasión por los mas débiles, ir detrás vos de ese camino discipular. Es en consecuencia el discípulo una persona humilde, que reconoce que no lo tiene todo consigo, que no lo sabe todo, y que no lo puede todo. Es la persona sencilla, que va en busca de la verdad, de algo distinto, que le da sentido y plenitud a su propia vida, es la persona a aprender y a dejarse hacer por Dios. Como Dios trabaja la vasija de barro, así viene Él también a trabajar en nosotros. El discípulo, como María, escucha la palabra, la guarda en el corazón, la medita, y la hace parte de si mismo. Y la palabra, es la que opera en el corazón del discípulo la transformación que Dios en Cristo Jesús quiere obrar desde su llamado de Maestro en el camino discipular. No se limita el discípulo sólo a conocer sobre Dios, la vida y lo demás que tiene que ver con Él, sino que encarna y vive los auténticos valores del evangelio, por eso es bueno, en esta relación con el rey eternal, que es Cristo, que nos llama como Maestro al camino discipular, preguntarnos ¿Qué nos atrae de Jesús? Y ¿Qué nos mueve del Señor para ir detrás suyo, como modelo de nuestro ser discípulos suyo?

Además de encontrarnos con los rasgos de la vida de Jesús que atrae mi vida en el vínculo con el rey eternal, es bueno preguntarnos que le pide este Jesús a mi vida hoy, es decir, que le propone. Porque el que llama al seguimiento propone, y el que propone seguimiento tiene un atractivo proyecto que supone una determinada entrega. ¿Qué le pide hoy Jesús a tu vida? Tal vez que mejores tu vínculo matrimonial, que tu proyecto de vida se construye o se reconstruya a partir de un nuevo vínculo matrimonial, familiar. Tal vez está pidiendo, el Señor hoy a tu vida que dispongas de un tiempo para dedicarlo a otros más allá de tu familia. A lo mejor en tu proyecto de vida Jesús quiere ocupar centralidad, quiere ser una relación centrante contigo, y quiere entonces que te vincules de una manera renovada en el camino de la oración y de allí que toda tu vida se despliegue con todo su potencial, con ese que está atado a diversas situaciones que no te permiten liberar la fuerza que están escondida en lo mas hondo de tu ser. A lo mejor el Señor, está pidiéndole a tu vida, hoy en este tiempo, que pongas en orden tus procesos personales, familiares, y que te tomes un tiempo papa acomodar tus ideas, tus afectos, tus relaciones. El Señor te puede estar pidiendo dar un paso de valentía en tu trabajo, denunciando una situación que es grave, en lo que hace a la injusticia y al manejo de determinado fondos. A lo mejor el Señor te está pidiendo a tu vida que no tengas miedo de vivir como Él te pide que vivas y en un tiempo sentirte como que vas en contra mano de situaciones que son nuevas para los demás de lo que vos vivís, y a partir de que a habido un cambio en tu modo de entender la realidad y por lo tanto vale la pena arriesgar en este tiempo bajo otro modo de vivir aunque al principio los demás digan y a este o a esta que le pasó.

¿Qué le pide el Señor, que te llama, hoy a tu vida?

Pero por sobre todas las cosas ¿Por dónde te seduce, te atrae? Es su bondad, su ternura, su amabilidad, su capacidad de amar, y de ser amado, es su presencia, es lo conmocionante que significa su palabra, y cuál palabra. ¿Qué es lo que sacude tus entrañas? La presencia de Dios, y ¿Qué proyecto te ofrece Dios, como para que vos puedas dar todo aquello que estarías dispuesto a dar, si fuera que vas a alcanzar aquello que Dios te propone/ una profunda comunión con Él, una verdadera transformación tuya y de tu familia, un cambio de la sociedad en la que vivís, una transformación de la comunidad eclesial a la que perteneces. ¿Qué dice Jesús a tu vida y qué te pide le entregues?. Ahí es donde vamos introduciéndonos en el vínculo con este Rey Eternal. Y cuando lo comparamos con el Rey Temporal, en aquél era un modelo humano de configuración de una determinada manera de ser de un hombre que percibe y no cierra los ojos ante situaciones de injusticias, que abre su corazón al sufrimiento de los hermanos, que no renuncia a sus sueños de humanidad nueva, igualitaria y fraterna y que por eso da todo. A un hombre o a una mujer que comienza pequeñas empresas en respuestas a esas situaciones y las transforma en grandes proyectos, que invita y llama a colaborar con él, con ellos a favor de los demás. Este es el Rey Temporal. Que es una construcción real o imaginaria, a partir de una necesidad que nosotros encontramos en la humanidad. Pero el Rey Eternal es el mismo Jesús, es Dios vivo, que te seduce y te lleva al desierto para hablarte del amor que te tiene y en ese amor te muestra su proyecto y en ese proyecto te dice, cuánto tienes que sacrificar para que sea real. ¿Estás dispuesto? Para pensar. Para reflexionar. Y para el ejercitante orar, y en San Ignacio encontrar, en su propuesta, los caminos que abren al seguimiento de Jesús.

En esta semana vamos a pedir esta gracia, un interno conocimiento de nuestro Señor Jesucristo, para que conociéndolo lo ame y amándolo lo sirva y lo siga.

 

Con este ejercicio comienza como a sacudirse la estructura personal en función de un ideal. Ignacio con este ejercicio quiere despertarnos a grandes ideales y a grandes sueños. Sacarnos del letargo de estar dormidos y animarnos a más, a mucho más de lo que hasta aquí hemos visto. A partir de la realidad de alguien que lo hizo o alguien que pudiera llegar a hacerlo. ¿Cómo reaccionaría yo frente a su invitación? Si pasara por aquí, Madre Teresa de Calcuta y me dijera, necesito que conmigo vayas a ver un enfermo que está en un hospital, ¿Qué haría yo, cómo reaccionaría? Si Mandela viniera a la Argentina, en estos días de tanta dura división y nos dijera a un grupo de persona entre los cuales estoy yo, tengo un plan para la reconciliación en la Argentina, para el reencuentro entre las diferentes y las heridas profundas que hay en el Pueblo Argentino. ¿Qué dirías? ¿Cómo reaccionarías frente a ese liderazgo para esa realidad puntual? Mandela que viene a trabajar con nosotros, para darnos respuesta a una gran distancia, grieta grande que existe en el vínculo entre los argentinos, y con eso quedarme. La primera parte Rey Temporal.

 

El segundo modo de introducirnos en el ejercicio de Rey Temporal, Rey Eternal, es considerar Rey Eternal.

Se trata de reconstruir la historia de lo que contemplo, a partir de los datos, ayudará mucho en este sentido leer por ejemplo el pasaje del evangelio de Lucas en cap. 4 del versículo 14 al 31, allí donde Jesús llama a los primeros discípulos.

Lo primero será ver aquí la persona de Jesús y recordarme a mi mismo, que es lo que mas me atrae de su persona, esto que decíamos antes, que es lo que más me conmueve de la persona de Jesús, cuales de sus cualidades humanas, el pasaje de su vida que más me llama la atención, aquel Rey Eternal del que habla Ignacio, se nos presenta aquí como un hombre sencillo que es de pueblo y del pueblo que regresa y habla a sus paisanos. Es un rey de sencillez, cercanía, mas que de majestad, es un rey humilde, es una presencia humilde, la de Jesús, la que atrae por su misma humildad, la fortaleza de su propuesta está allí mismo.

Lo segundo es la tarea que me propone, ver su proyecto, su proyecto para mi vida, que supongo que Dios me está pidiendo, Dios me está pidiendo que vaya al Africa, porque no.

Como puedo saber que es así o no, bueno eso es el camino del discernimiento, no que me está pidiendo sencillamente, que comience por ordenar mas mi casa y a partir de allí que ponga mas en orden mi vida, la de mi familia, porque no, podría ser por allí que Dios te toque el corazón.

No Dios me está pidiendo muy sencillamente que lo que rezo todos los días que ponga mas atención, porque ahí me quiere hablar y que agudice mi oído interior y que le preste más atención desde adentro a su propuesta, puede ser.

Dios me está pidiendo que asuma un compromiso muy fuerte en el trabajo por los mas pobres, no pero es una locura mía en realidad, yo digo que Dios me pide eso, porque pensás que es una locura tuya, porque no pensar que Dios te lo puede estar pidiendo, porque pensar que Dios puede pedir cosas simples y sencillas, porque no pensar que Dios puede pedir cosas grandes y porque pensar que Dios pide cosas grandes, solo cuando pide grandes cosas y no cuando pide cosas sencillas, Dios pide a lo grande aún cuando sea sencillo y Dios puede pedir a lo grande, muy grande, cosas grandes, porque no.

Dios me está pidiendo que transforme mi fábrica, que transforme mi ser empleador, que busque una nueva manera de vincularme con las personas que trabajan conmigo, porque no y como voy a hacer, aquí viene la tarea, decir además de pensar en lo que propone, a lo que me invita en lo concreto este Rey Eternal, que viene a meterse en mi vida y que me llama al seguimiento de El, atraído por una parte de su persona y que se vincula conmigo, será bueno ver también los medios que me hacen falta y que El me pide que yo utilice y los riesgos que asumo y las rupturas que esa llamada conlleva y las exigencias que supone.

Porque está bien, te querés ir al África, con quién, cómo, a donde, tu llamado es meterte a transformar el barrio en el sector más cadenciado, con quiénes, cómo, cuando, cuando digo estás cosas no quiero pincharte el globo, al contrario, quiero que pongamos muy en alto lo que Dios te está pidiendo y también que consideremos muy en concreto, para que no quede en un sueño efímero lo que supone ese pedido, esa meta que se propone, es bueno ver los medios que se utilizan, los riesgos que se asumen, la ruptura que esa llamada conlleva y la exigencia que supone y si estoy dispuesto a dar el paso o no.

Aquí es donde se juega, comienza a jugarse nuestro seguimiento de Jesús.

Lo tercero será analizar mi reacción ante Jesús y su llamado, no me achico todo yo, si está bueno esto que Dios me pide pero a mi no, ni arranco no tengo ni para comenzar, tranquilo, no quiere decir que Dios no te lo está pidiendo, quiere decir que estás arrugando, veamos que podemos hacer.

Vamos para adelante, por donde empezamos, tranquilo también, porque no se trata de arrebatar el fuego para que se nos queme el asado, sino que debemos ir al paso donde debemos ir yendo, por eso es importante en este ejercicio ver que reacción tengo, lo bueno sería que no sea ni de muchísimo entusiasmo ni de muy apagada el alma, siempre es bueno que sean grandes ideales, no que lo supongamos a nivel mental sino que verdaderamente liberemos nuestra mediocridad para entrar a la grandeza de los llamados que Dios tiene para nosotros, porque nos quiere grandes Dios, no nos quiere achicados, somos importantes para El y El sabe que somos importantes para los demás y por eso hay que animarse a soñar a lo largo y a lo ancho a lo profundo y a lo lejos, en inmensidad y a partir de allí ver como reacciono, es decir como me ubico frente a lo que Dios me pide con temor y temblor buena reacción. Con entusiasmo salgo disparado, no tranquilo, no pero dejo acá los ejercicios, tampoco es esa la reacción.

Sino como ir animándose a preguntarle a Dios una vez más, es eso lo que siento lo que estás pidiendo, es por ahí, y dialogar y conversar.

Rey Eternal, Rey Temporal. Rey Temporal primero, Rey Eternal después. Este ejercicio es muy saludable en el comienzo de la segunda semana de San Ignacio, te invito a que lo hagas, te va a hacer mucho bien.

 

 

                                                                                       Padre Javier Soteras