25/03/2021 – Esta semana compartimos el espacio “Bien de paz” y en esta oportunidad centramos la reflexión en la figura de San José, adentrándose en sus virtudes, situaciones cotidianas en donde podemos descubrir su presencia y en particular, en el matrimonio y pareja.
El padre Adrian Santarelli, en este sentido, manifestó que la de José “es una figura silenciosa en el Evangelio, sin embargo, es muy elocuente. Es uno de los santos mas invocados después de la Virgen María. En este programa miraremos, a la luz de la fiesta de San José, estas realidades y veremos que redescubrimos de él”.
“A las puertas de la semana Santa podemos pensar cómo Jesús aprendió a amar en el hogar de Nazareth. Su vida se cultivó allí 30 años junto a María y José y esa vida cotidiana es lo que formó el corazón entregado y generoso de Jesús”.
“Él es el Verbo pero que se hizo carne y Dios quiso que tuviera un padre y una madre. Cuando vemos a Jesús que da todo ese amor a la humanidad en su entrega, seguramente estuvo marcada por ese padre que lo formó. El Evangelio dice que ‘Jesús crecía en sabiduría y en estatura, y en gracia para con Dios y los hombres’ (Lc 2,52), de la mano de José y de María”.
“Es lindo descubrir los rasgos de José a través de Jesús. Así como nosotros nos parecemos a nuestro padre o madre, también a Jesús se le notarían esos rasgos de la personalidad de José y de María”, señaló el padre Adrián y agregó: “el Verbo quiso dejarse acompañar por una familia“.
En este programa nos acompañaron matrimonios que nos acercaron sus testimonios de ser familia: Paula y José del Campo y María y Horacio Cingolani:
“Tenemos en San José una figura que refleja todas las virtudes de Dios. Lo que nosotros siempre decimos que San José es el ‘capitán’ de todos los santos. La principal virtud es la fe en Dios, su confianza y entrega a lo que Dios le proponía. Es el modelo para nuestra familia: esposo, padre, amigo protector y de él sacamos todo lo que como familia cristiana queremos transmitir a nuestros hijos”.
“Muchas actitudes de José como matrimonio nos inspiran y nos sirven de modelo: era un hombre justo, de un corazón limpio, sin ambiciones, que se esforzaba por ser bueno y compasivo. Era el protector de María y Jesús, obediente durante toda su vida, aún cuando se le ponían inmensos desafíos por delante y se jugó la vida para salvar a Jesús y María. Es un modelo de fe para el matrimonio”.
Te invitamos a escuchar el programa completo en el audio al inicio de esta nota
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