Pero estabas tú tomando mi mano, para darle calor, tan fuerte y valiente, como un rayo de sol. Qué suerte tenerte como un ángel guardián, bendita tu mano que me pudo salvar.
Así dice la canción de Luciano Pereyra, siempre en cada paso que doy, estás vos. Si caigo estás vos… Cuando siento que nada vale, estás tú. En mi vida, el centro siempre fuiste y serás siendo tú. El amado serás tú…