¿Qué hago si llegué al límite de mis posibilidades?

miércoles, 12 de abril de

¿Qué hago si llegué al límite de mis posibilidades? ¿Me rindo? ¿Dejo de luchar?

Si por alguna razón estás en mi misma situación te dejo este poema (oración) compuesto por el Beato John Henry Newman titulado “El pilar de la nube” 

 

 

“Guíame amable luz, entre las tinieblas que me rodean, ¡guíame! La noche es oscura y estoy lejos de casa, ¡guíame!

Cuida mis pasos; no pido ver la escena distante; un paso es suficiente para mi.

No fui siempre así, ni pedí que me guiaras; amaba elegir y ver mi camino; pero ahora ¡guíame!

Amaba el día brillante, y, apesar de los miedos, el orgullo regía mi voluntad. ¡No recuerdes los años pasados!

Tu poder me bendijo tanto tiempo, ciertamente seguirá guiándome.

Entre páramos y pantanos, entre precipicios y correntadas, hasta que se vaya la noche, y con el alba sonreirán los rostros de los ángeles, los que yo amé hace mucho tiempo, ¡y perdí hace ya tanto!”

 

Vivimos en un mundo donde queremos tener el control de todo: presente, pasado y futuro, trabajo y relaciones sentimentales. Y todo lo que escapa de nuestro control nos desespera y nos hace perder la fuerza, la algría, la esperanza. Pero Dios, que siempre nos acompaña, nos tiende una vez más la mano.

Cuando llegues a tu límite, recuerda que Dios no tiene límites y que su luz amable puede iluminar esas sendas que aparentemente se ocultan a tus ojos. Una oración humilde, confiada, llena de abandono. Recuerda que “para Dios no hay nada imposible” (Lucas 1, 37)

 

 

Ana Tomicich