No me sueltes
Has vivido un desierto espiritual? Te ha tocado sentir un vacio en el pecho donde no hay eucaristía, adoración, palabras ni nada que te haga sentir esa presencia de amor?
Creo que todos en nuestra vida espiritual de vez en cuando atravesamos un desierto, el mismo Jesús lo vivió, como no lo íbamos a vivir nosotros, ahora la pregunta es… Para qué? Porque? Hasta cuándo?
Déjame decirte querido lector, que el porqué y para que vendrán con el tiempo, sin dudas que todo desierto es una preparación para algo que se viene, los desiertos son feos, pero eso no implica que sean malos. Nos hacen crecer, crecer en fe, crecer en amor, crecer en confianza, porque por mas que no se sienta, por más que no se vea y hasta quizás por mas que no se Crea por momentos, uno termina abandonándose en el, pidiendo una y otra vez.. “no me sueltes”. Y sabes qué? El no te suelta, NUNCA, somos nosotros los que revoloteamos el brazo enojándonos para que nos largue… pero El no se impacienta, solo sonríe y se queda ahí,, hasta ese preciso momento en que bajas la guardia y vuelve a tomarte.
No temas a tu desierto, esto que estás viviendo es la preparación para algo que aun no has vivido. Confía en El, abandónate en El y espera.. donde? En El.
Por otro lado.. la otra pregunta.. el “ hasta cuándo? Siento decirte mi amigo.. que eso solo Dios lo sabe. Nosotros solo tenemos que entender algo, los tiempos de Dios no son iguales a los nuestros. Se paciente, y mientas tanto.. ama.. Ama a tus amigos, a tu familia, a toda persona que se acerque a tu ser. El amor te dará la dosis justa para aguantar el golpe hasta que de una vez encuentres en el medio de ese desierto el oasis. Y ahí Dios estará feliz de escucharte decir… tengo sed de Ti
Confía, ama, espera en Dios y por sobre todo….
No me sueltes.