Ser una joven cristiana del Siglo XXI

miércoles, 18 de abril de

 

Esta tarde, cuando venía caminando hacia mi encuentro comunitario (del Movimiento de la Palabra de Dios) como todos los sábados, pensaba, reflexionaba, mejor dicho “charlaba con Dios” sobre mi anhelo de seguirlo siendo una joven del siglo XXI, con todo lo que ello implica: siendo una joven que no se puede aguantar bailar “Dura” cada vez que suena, que se enganchó mal con La casa de papel, que le encanta conocer barcitos con onda, ir a tomar mates a la costanera  por las mañanas y que ama deleitar como el ocaso acaba con la luz del día… Ser una joven cristiana, que sigue los pasos de Jesús donde quiera que esté, ya sea en mi vida cotidiana, en mi casa, en la facu, en un bar, en una charla de amigas con mates de por medio, en una joda… 

 

Me es de mucha gracia notar cómo la presencia en una comunidad, en mi comunidad particularmente, me ha ayudado a ir conociéndome, aunque todavía tal vez haya cosas que no he logrado resolver de mí misma; cómo también, me ha impulsado a abrir los ojos al mundo en el que vivo, a tener muy presente la opinión de Jesús y de María al momento de tomar decisiones, etc… Descubro cada vez más la alegría de vivir la fraternidad que gesta el Movimiento, el compartir con otros la Fe, compartir con otros la vida… Y descubrir cómo mis dudas, arideces y tiempos de desolación pueden ser caminados de una manera más linda cuando es con otros, que son mis hermanos de comunidad. Comprobar que realmente la alegría, si es compartida, se multiplica. Y la tristeza, cuando es compartida, se divide

 

Doy gracias a Dios por ello, por permitirme vivir esta etapa de una manera tan linda y por ser tan pero providente en mi vida. 

 

 

Jimena Götte