Papi, te agradezco por tus enseñanzas!
Me haces sentir como una niña en tus brazos.
Ya no tengo miedo pensando qué me pueda pasar,
porque siento la certeza de que todo lo que vivo es para mi bien,
y todo tiene que ver con lo que una vez te pedí..
Fue difícil encontrar el sentido de los días grises,
pero en el silencio y en la meditación
descubrí todo el crecimiento que se escondía detrás.
Mientras pensaba que nada estaba pasando,
estaba trabajando cada una de esas cosas que anhelaba alcanzar.
Y hoy, mirando hacia atrás, veo mas claro tu obrar
y reconozco en cada detalle Tu Amor de Padre cuidando de mí.
Me enterneciste el corazón de tal manera
que ya no busco otra cosa que Tu Amor,
y en cada circunstancia de la vida que me toque
estaré buscando el gesto sencible que me lleve a Vos,
para que me muestres una vez más,
¿Qué debo aprender hoy?