Sin palabras
Leí por ahí:
“Las palabras sobran,
cuando lo que hay que decir desborda el alma…”
Pienso que no hay que tenerle miedo
a ese silencio de alma desbordada,
que habla de un corazón que siente y ama…
Corazón que se deja sorprender
y que, pase lo que pase -sea bueno o malo-,
se mantiene en pie y agradecido.
Todos los días se nos regalan momentos que nos impactan,
haciendo latir a mil nuestro corazón,
de alegría o dolor…
y nos dejan sin palabras.
No tengamos miedo de sentir, de quedar en silencio,
o tal vez, de querer gritar muy fuerte;
no tengamos miedo, más bien tengamos paciencia,
de eso se trata vivir.
Sólo confiar, amar y agradecer…
Dios todo lo pensó primero para nuestro bien,
y está en nuestras manos esperar,
porque así será.