Buscar ser puente de reconciliación entre nuestros hermanos. Tratar de conciliar sueños, derribar muros y sanar heridas. Quizás sea algo que nos lleve toda la vida, pero al final, habrá merecido la pena dejar que sea Él quien dirija nuestros caminos.
*Imagen real de dos lápidas correspondientes a marido y mujer, uno católico otro protestante