Abrir ventanas

viernes, 30 de mayo de
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A veces vamos por la vida mirando hacia atrás, pensando en lo que pudimos hacer y no se hizo, en sueños abandonados, ilusiones, trabajos y amores que quedaron atrás. Pero por mucho que duela, esas cosas que quedaron atrás están en su lugar correcto, el pasado. Hay que dejarlos ahí. No es bueno vivir con malos recuerdos, con tantas amarguras.
A lo largo de nuestras vidas vamos acumulando muchas cosas, penas, alegrías, tristezas, nostalgias que un día fueron todo y hoy por las razones que sean han quedado en sólo eso: recuerdos. Esos recuerdos con las que vamos cargando todos los días hacen que todo pese más de lo debido, por lo que llega un momento en que debemos descargarnos de muchas de esas frustraciones para que caminemos por la vida sin tanto peso.
Debemos soltar, aprender a no cargar con tantas tristezas sobre los hombros, al final te queda el cuerpo cansado, tu vida lastimada, sin fuerzas, pero debés seguir, volver a reinventarte, volver a tener sueños y esperanzas.
La vida siempre nos traerá muchas cosas con las que iremos llenando la mochila a lo largo del camino a recorrer. Pero esa mochila es tuya, es tu vida, y de vos depende cuánto pese. Vos sos quien decide qué poner dentro y qué cosas, recuerdos y sentimientos ya no tienen lugar. No es bueno ir llorando la tristeza de sueños rotos, de metas que no se lograron; al contrario tratá de sacar y dejar que el viento se lleve esos dolores que hieren el corazón.
Si hoy estás sintiendo un vacío, pensá que siempre habrá posibilidades de volver a empezar una vida mejor. Dejá en el olvido todo aquello que no te deja ver el sol, respirá y soltá esos malos recuerdos, liberá tu alma, dejá que tú corazón vuelva a estar contento, dale una oportunidad a la vida de volver a ver el mundo con buenos ojos. No importa por lo que has pasado, siempre hay razones para volver a sonreír, siempre habrá un mañana para volver a recomenzar
Podés ser feliz, lo vas a lograr, ponele actitud y un día te verás caminando ligera y abierta a las ventanas de una nueva vida.
 

 

Gladis Espiro