En una ocasión teníamos una reunión de matrimonios.La intención era anunciarles el mensaje del Evangelio a los esposos.Pero uno de los del grupo dirigente se presentó con su Mercedes.Cuando lo vi, le dije:Perdóname, pero no es fácil anunciar el Evangelio a gente sencilla con un Mercedes al lado.Se sintió sorprendido, pero no le dejamos hablar.Se regresó a su casa.Luego recapacitó y me dio gracias, pues no había reparado en la contradicción que había entre su testimonio y lo que iba a proclamar.
Uno de los problemas de la evangelización suele ser:La contradicción entre lo que decimos y lo vivimos.La contradicción entre lo que hablamos y lo somos.La contradicción entre lo que predicamos y lo que luego ven en nosotros.No se puede anunciar la pobreza evangélica llevando un Mercedes.No se puede anunciar el amor, cuando ven que vivimos enemistados.No se puede anunciar la gratuidad de Dios, cuando todo lo cobramos.No se puede anunciar la Buena Noticia, cuando nosotros somos mala noticia.Por eso Jesús los envía: sin nada para el camino.Los envía para que vayan como él, que no tiene nada.“El Hijo del hombre no tiene donde reclinar la cabeza”.
Clemente Sobrado C. P.