Sé que vos estás conmigo Señor
y que tus manos me sostienen,
que sos mi refugio y mi fortaleza
pero hay veces en las que me cuesta
encontrar tu voz entre tanto ruido,
necesito que nunca dejes de llamarme.
Sé que tu amor por mí, no tiene límites
que ni el martirio pudo detenerte
y que no hay nada que no harías para salvarme
pero, sinceramente, no lo entiendo.
Es un amor que no logro corresponder,
te pido que me regales un corazón abierto
para dejar de buscar entenderlo y empezar a vivirlo.
Sé que para vos no hay imposibles,
que tu grandeza alcanza todas las dimensiones.
Vos hacés nuevas todas las cosas,
pero a mi me duele entregarte todo lo que soy
y dejar mi vida entera en tus manos.
Dame la gracia, Señor, de sentirme siempre cautivado por tu amor
para no olvidarte ni sentirme jamás, lejos de tu presencia.
Yani Moyano