¡Quédate con nosotros , Señor!
Dios, danos valor para ser como San José. Señor, permítenos ser hombres y mujeres comprometidos como San José. Dios, ayúdanos a superar los miedo como San José.
No se puede separar a Cristo de María, y no se puede separar a María de San José. ÉL, que fiel a Dios, junto a María dejaron todo y se fueron a otro pais, lejos se sus seres queridos, lejos de su familia y extranjeros en un pais extraño. ¿Cuantas dudas habrán tenido? ¿Cuantas noches no habrá dormido José, protegiendo a María en un desierto desconocido?
Cuántas oraciones que no sabemos te habrá elevado San José y medio de la noche, para que María no vea sus nervios y sus angustia. ¡Para que María no se angustie también! Cuántos miedos habrá cargado en esas noches en medio de la nada, cuantas cosas que no sabemos! Protegiendo a quienes más amaba: a Jesús y a María. Señor haznos hombres como San José, que siendo un adolescente, te dijo que sí, pero su Sí no ha resonado tanto en la Biblia.
Queremos ser reflejos de ese eco que nos resuena por dentro: decirle Sí a Dios.
COMPROMISO TE PIDO. A tí te encomiendo el cuidado de Mi Hijo, estas son las palabras que me imagino de Dios a San José.
En el vientre de María crece Jesús, estan de pocas semanas, pero ya el emperador más poderoso de la tierra le declaro la guerra, y no piensa parar hasta matarlos. Pero San José supo poner su confianza en Dios, así como María lo hizo
¡Quédate con nosotros Señor! Quédate en nuestras familias, ilumínalas en sus dudas, sostenlas en sus dificultades, consuélalas en sus sufrimientos y en la fatiga de cada día, cuando en torno a ellas se acumulan sombras que amenazan su unidad y su naturaleza.
Tú que eres la Vida, quédate en nuestros hogares, para que sigan siendo nidos donde nazca la vida humana abundante y generosamente, donde se acoja, se ame, se respete la vida desde su concepción hasta su término natural