Eterna Primavera

martes, 3 de octubre de
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Tener a Jesús en el corazón, es un eterno día de primavera

Su amor es como el tibio sol de la mañana que arropa las heridas

Cada flor que nace es testimonio de su grandeza

Llena nuestras almas de tu bondadoso ser Señor Jesús

abraza con tu infinito amor nuestros corazones heridos y cansados 

Ven Señor Jesús, a esta tarde de sol, calma nuestras tormentas

Ven Señor, para adorarte y alabarte 

para sembrar flores tras tus pasos 

Gracias Señor por derramar tu bendición en nosotros.

Bendito y alabado sea el Santísimo Sacramento del altar

Amén

 

Ana Tomicich