El papel de la fe, de las personas creyentes y de la Iglesia en la construcción de la Patria

jueves, 29 de noviembre de 2018
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29/11/2018 – Inicio del ciclo con el padre Juan José Riba, sacerdote perteneciente al Instituto de los Padres de Schoenstatt, autor del libro “Raíces de mi tierra” .

En medio de la tensión y hasta del desprecio de una parte de la sociedad argentina por todo lo que venga de parte de la Iglesia, vamos a enterarnos o a recordar de qué maneras los cristianos, los creyentes, religiosos y laicos, hombres y mujeres de Iglesia, contribuyeron y todavía contribuyen con la construcción de la Nación, desde sus años fundacionales.

Desde 1816, cuando se firmó el acta de Independencia, se han sucedido hitos que ponen en evidencia el importante rol que jugaron los hombres de fe en el desarrollo y el progreso del país, incluso en períodos de crisis.

Cuando las situaciones políticas y sociales planteaban escenarios crispados, siempre aparecieron personas que hicieron importantes aportes, muchas veces de forma silenciosa y sin reconocimiento. O, en algunos casos, con el fundamento de su participación (la fe y el compromiso de caridad) luego ignorado u ocultado por la historia.

Por ese motivo, desde Radio María impulsamos un ciclo (que se difundirá todos los jueves) con el padre Juan José Riba, sacerdote perteneciente al Instituto de los Padres de Schoenstatt, autor del libro “Raíces de mi tierra”, un ensayo sobre la Iglesia en Argentina; para conocer las raíces de la relación histórica entre la Iglesia y el Estado, y cómo muchos cristianos no se amilanaron y ayudaron a forjar los destinos de la Argentina, guiados por la Constitución Nacional, por los principios patrióticos, pero, también por el Evangelio y el Espíritu Santo.

Al respecto, el padre Riba subrayó esa generosidad y ese compromiso coincidente en las personas de fe que, como otros ciudadanos, hicieron importantes aportes a la construcción de la Nación. Citó, por ejemplo, lo que ocurrió en la declaración de la Independencia, en la que 11 de la treintena de congresales eran religiosos. El papel que jugaron, cada uno a su tiempo, el jesuita Francisco Suárez, los frailes Santa María de Oro y Luis Beltrán; el Deán Gregorio Funes, entre otros.

Desde ese lugar, el padre Riba cuestionó “este neoliberalismo intelectual que pretende negar a las personas que participen con su propia impronta, religiosa o no religiosa, de las cuestiones políticas y sociales”.

En definitiva, el sacerdote aseguro que “nuestro país, de alguna manera, no se lo puede comprender sin el aporte del catolicismo”