Se cumplen los 70 años de la bomba atómica de Hiroshima

jueves, 20 de agosto de 2015
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bomba

 

20/08/2015 – Hace 70 años y dos semanas, un 6 de agosto de 1945, en Hiroshima explotaba una bomba atómica que le cambió la vida a esa ciudad y al mundo entero. Nadie se imaginaba que un avión norteamericano bautizado Enola Gay lanzaría un extraño artefacto con un nombre inocente (Little Boy) sobre la ciudad aferrado a un paracaídas. Unos minutos después se desataría la detonación nunca antes vista en la historia de la humanidad.

La periodista Laura Cerezo presentó un informe a los micrófonos de Radio María desde el museo de Hiroshima que guarda celosamente esa hoja negra de la historia. Refiriéndose a un hall de exposiciones industriales creado en 1915 para que se presentaran ferias y que se encuentra en ruinas contó “realmente es impactante porque uno ve el esqueleto de esa cúpula que alguna vez fue verde, con las paredes oscurecidas y con la mamposería a sus pies como si no hubieran pasado los años. No se puede entrar a las ruinas pero se ven los ladrillos desnudos. Es como una cáscara de lo que fue un hermoso pabellón de exposiciones.

Cerca, el monumento a los más de 6 mil niños y jóvenes que murieron. Allí está la llama de la paz, y los miles y miles de grullas de papel en recuerdo a una niña que contrajo leucemia. También un mástil con la bandera japonesa a media asta. Luego el museo conmemorativo donde uno se sacude: las fotos del hongo atómico es lo primero que se ve; las fotos de la destrucción, de los cuerpos quemados de las víctimas, los relojes detenidos en las 8,15 … Todo lo que estaba en un radio de 2 km de la bomba quedó absolutamente destruido por la explosión, los dos mil grados centígrados y la radiación, los tres factores combinados. Hacia fines de 1945 habían muerto 140 mil personas de los 350 mil habitantes que en aquel entonces tenía esa ciudad.

 

 

 

Sobrevivir a la explosión

El 6 de agosto de 1945, Michiko Kono tenía 4 meses de edad. Setenta años después es voluntaria en el museo que recuerda lo acontecido en Hiroshima:

Se acuerda de los acontecimientos de ese día como algo que nunca podrá olvidar. Se encontraba junto a sus padres en una estación de tren. Su mamá le estaba cambiando los pañales en un banco cuando sucedió la tragedia: “Ese banco me sirvió de protección y no me quemé ni sufrí heridas. En ese momento parecía que yo estaba bien y a salvo pero a los 10 días se me cayó todo el cabello, quizás por la radiación. Toda mi primera infancia fui una niña muy débil; al año siguiente un doctor indicó que estaba muriendo. Luego mejoré pero a los 6 años contraje tuberculosis. No es una enfermedad derivada directamente pero quizás el sistema inmunológico estaba muy débil.

A los 8 años me aparecieron muchos forúnculos que me habían sufrir mucho, quizás esos forúnculos me hicieron bien, porque lo malo que tenía en el cuerpo se fue con ellos. Luego me convertí en una niña muy sana y por eso estoy aquí. Tuve una vida normal con hijos y nietos. Trabajo como voluntaria en este museo gracias a que tuve la suerte de sobrevivir”.

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