¿Cómo cuidar a los docentes que cuidan?

jueves, 12 de mayo de 2011
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“Yo renacere” de David Bolzoni

Yo renaceré, ciervo en primavera , tal vez regresaré gaviota de escoyera

Sin un pasado que olvidarme, sin nada más que preguntarme, con un camino por delante

Yo renaceré, amigo fiel, amigo mío, y me transformaré en un ser distinto al que yo he sido

Águila blanca de montaña que vuela más no sueña, que va de frente que no engaña

Yo renaceré, amigo, y tu estarás conmigo, sé que encontraré toda la fuerza que yo ansío

Sin miedo alguno de caerme, seguro al fin de levantarme, seré un eterno caminante

Yo renaceré sin mis pasadas frustraciones, y amigo mío,  intentaré hacer verdad mis ilusiones

tendré mi rumbo definido, feliz así de haber nacido, mirando al cielo al infinito

 

GL: El término “resiliencia” se toma del ámbito de la física, y es “la propiedad que tienen algunos materiales de soportar grandes presiones sin modificar básicamente su sustancia, su estructura básica” . Es decir: se deforman, adquieren distintas formas pero vuelven a ser lo que eran pese a grandes presiones que pueden ser de todo tipo –mecánicas, térmicas, etc-.

Esto aplicado a la vida sería las grandes presiones de destrucción de un ser, de un individuo, de una identidad –presiones psicológicas, biológicas, que puedan venir por enfermedades o catástrofes- y pese a eso tienen la capacidad de mantener su integridad, y sobre todo también su subvjetividad. Una de las definiciones de resiliencia es: capacidad de proteger la propia integridad bajo presión, y también la capacidad de forjar un comportamiento vital positivo pese a circunstancias difíciles.

Esto está como idea proponerlo ahora al docente. ¿cuáles son en este momento las presiones y las vivencias que tienen los docentes? ¿cómo podemos iluminar, desde la resiliencia, las presiones que a veces enfrenta el docente frente al aula en lo cotidiano?

 

AS: Trabajando con niños, vimos que en la mayoría de los casos era más fácil ayudarlos desde los padres. Comenzamos a hacer entonces encuentros con los padres y ver a los niños unos meses después lo cual dio muy buen resultado. No todos los padres pudieron soportar mirarse, pero los que pudieron persistir en este trabajo sobre sí mismos, hicieron un aporte inmenso a sus hijos –la mayoría discapacitados o hiperactivos-. Llegamos entonces a la conclusión de que hay que trabajar con el adulto de este tiempo para que el adulto de mañana esté más íntegro.

            En el caso de los docentes, es casi lo mismo: muchos chiquitos llevan al ámbito escolar lo que están trayendo de otra parte, y a la vez muchos docentes también llevan al ámbito escolar lo que todavía no pueden resolver dentro de sí. Entonces ese es el ‘caldo de cultivo’ de situaciones muy difíciles que son las que se expresan en el ámbito escolar, pero que muchas vienen del ámbito personal tanto del niño como del adulto que está a cargo.

 

GL: ¿Qué es lo que vive el docente hoy frente a esta realidad?

AS: Es preocupante, tanto en el docente como en cualquier persona que está trabajando y se presiona a sí misma o tiene presión externa, que pueda olvidarse de esa vocación que trae consigo y que en un momento determinado la llevó a hacer una elección de vida, y que por circunstancias de mucha presión terminan no pudiendo disfrutar de esas elecciones que en su gran mayoría son certeras. Es frecuente escuchar docentes que dicen, por ejemplo: “yo amaba hacer ésto, pero ahora me enfrento a la situación del aula y me contraigo”. Eso también lo dicen los médicos. Y tal vez lo sentimos casi todos. Entonces se hace muy duro.

También se escucha a papás decir algo parecido, como envueltos en una situación de la que no se puede salir, a la que se deben resignar. Pero yo creo que a lo que se eligió hay que buscarle la vuelta para no enfermarse. Tal vez si se cambia de profesión o de actividad, lo más probable es que siga sucediendo lo mismo. Creo que cuando la presión ha llegado a un límite lo que estamos necesitando es mirarnos un poco más a nosotros mismos, ver qué nos pasó, por qué nos exigimos tanto, por qué nos hemos enfermado de esto que amábamos. Y hacer un camino interior, que a veces asusta porque es un camino largo, que dura hasta el final de nuestras vidas. Pero puede traer un beneficio mañana mismo, porque el beneficio ya lo estamos viviendo desde el mismísimo momento en que hacemos un giro en la mirada hacia nosotros mismos.

En realidad esta ciencia ha crecido muy rápido y no nos ha dado tiempo a los humanos a evolucionar junto con ella. Y también los conceptos de salud: esto de que cuando hay un problema de salud, hacer solo foco en la enfermedad o en la dificultad que casi nos condena. Está bueno que hagamos foco también en qué cosas tenemos de bueno para poder ir compensando desde la “neuro-psico-inmuno-endocrino logía” y desde la “neuro ciencia” lo que ya decían los antiguos: que determinados estados de calma modifican nuestro metabolismo y también modifican nuestra mirada sobre el mundo. Entonces proponemos esto de mirar el potencial oculto que tenemos, porque el tiempo, la desesperación, nos hizo hacer foco cada vez más en esa dificultad que nunca se resuelve porque estamos centrados en ella.  

 

GL: “Para recorrer el laberinto del destino no alcanza con una psicologia de lo disfuncional, sino que necesitamos una psicologia de la libertad, herramientas para detectar nuestra verdad y ayudar a otros a que encuentren la propia” Abraham Maslow

 

GL: En lo concreto, el docente en el aula ¿qué problemáticas propias y estructurales tiene que enfrentar en lo cotidiano? Hay docentes que dicen no soportar más la ‘soledad’ frente a un grupo de adolescentes que tienen un comportamiento muchas veces agresivos, violentos. Uno sabe que tiene que pasar ‘por encima’ de eso e intenta hacerlo. Pero cuando es sistemático, se repite todos los días y durante muchos años, hay un desgaste impresionante. Hay todo un sistema que descansa en la posibilidad que tiene –o no- el docente de hacerse escuchar, de poder emitir su mensaje (por ejemplo), y que una y otra vez tiene que apelar al enojo, al grito, a la sanción como para ver si se puede poner un límite a toda esa inquietud, esa falta de interés de los alumnos, esa dispersión. Y a la vez debe mantener la autoridad. Hay como un desequilibrio de fuerzas. Desde esta problemática, la soledad, ¿cómo la iluminarían desde la resiliencia?

AS: Este relato lo hacen también los padres cuando dicen “yo le hablo y no me escucha, y cuanto más hablo, menos me escucha”. Entonces habría que ver si se pudieran cambiar esas herramientas fallidas. El sentimiento de soledad es un sentimiento personal, individual que puede sentirse en cualquier tipo de circunstancia. La pregunta es ¿qué hago con esta soledad? ¿Me quedo con esta soledad y me enfermo? ¿me voy de esto que elegí? Sería mejor buscar una tercera alternativa: ¿por qué estoy tan vulnerable frente a esta situación? ¿por qué la soledad si estoy acompañada por un montón de seres? Y ahí va la resiliencia, buscando herramientas creativas y creadoras para ver què se hace con eso que se tiene. Desde la antigüedad hasta ahora, siempre los sabio nos dijeron ‘¿qué hacemos con lo que tenemos en el lugar donde estamos?’ Probalbemente sea oportunidad de ver qué otros mecanismos pongo en juego para ser yo ‘uno con estos seres que tengo a mi cargo’, con los que hay una situación de paridad en un punto: como personas. Y aceptar el desafío de buscar quizá de manera innovadora la forma en que estén en silencio. Buscar alimentarnos mutuamente con esta situación que nos toca vivir. Cada ser es un mundo y no se puede decir algo ‘general’. Lo concreto a buscar sería ¿qué es lo que puede unirnos?. Sé que la escuela es difícil, pero los otros lugares de trabajo también lo son, por este desfasaje que hay. Por esta inmensa velocidad a la que fuimos llamados por los cambios.

            Pero también tenemos una escuela democrática, que no es poco. Eso es bueno, y tenemos que empezar a ver qué posibilidades tenemos dentro de una institución que está muy agitada, pero en democracia. Eso significa que se puede compartir otra actitud resiliente que es la solidaridad, apelar al compañero, al directivo quizá no tanto por el reclamo , sino por el ofrecimiento. Y hay que estar preparado para eso, pero es un buen desafío.

Los seres humanos caemos muy a menudo en este error de siempre poner la crítica afuera, ser siempre expectantes de la solución que nos puedan dar los demás.

Etimológicamente, “expectar” quiere decir, con el pecho afuera, con el corazón afuera. ¿Qué pasaría si nosotros en vez de esperar siempre o de poner la crítica siempre afuera, viéramos qué herramientas y soluciones podemos sacar desde dentro de nuestro pecho para después poder compartir?

 

– Yo amo enseñar, pero hay veces que la impotencia me supera por la falta de apoyo del gobierno y sus políticas, de los padres y indiferencia, y de los alumnos y su desinterés. ¡Agota tanto tener que seducir permanentemente a todos!

 

GL: generalmente se pone en el docente la respponsabilidad de ‘seducir’, de ‘estimular’, de ‘desperatr interés’, de ‘motivar’. Habría que ver si la motivación es responsabilidad del docente. Cuando los alumnos no quieren estudiar, cuando los padres no creen en la educación aún cuando piensen que sin ella no se va a ningún lado, pero la ven como instrumento para poder acceder a un empleo, no por el hecho de ‘saber’

 

AS: Esto de motivar también tiene que ver con esto de expectar, porque el ejercicio de seducir está buenno cuando uno está en situación de querer algo que nos gusta mucho. Pero estar permanentemente en actitud de seducción hacia afuera nos quita el tiempo necesario para seducirnos a nosotros mismos, de encontrar cuáles son los puntos que me satisfacen y me fortalecen primero a mí para después hacer una propuesta quizá no seductora, sí práctica, concreta, pequeña, pero eficaz.

 

          A veces la confianza como pilar fundamental de la resiliencia desaparece por los problemas que traen los chicos de la casa y el docente no está preparado para ayudar a todos

          Me siento sola con la educación de mis hijos. Mi esposo no me ayuda.

AS: la vitalidad, a veces traducida en violencia o en alguna otra actitud que no nos gusta es más permitida en varones. Las nenas culturalmente tienen culturalmente el mandato de callar , de estar más tranquilas. Esto de estar solo frente a la educación de un hijo, cuando la pareja está unida, hay que ver de dónde viene la soledad. A veces sin darnos cuenta nos sentimos solos frente aun objetivo que nos pusimos y que la vida nos dice que la vida nos dice que por ahí no se satisface, no se cumple. A veces la vida nos hace ‘trampas’ también en esto de ‘tengo que llegar aquí y por este camino, y mi hijo tiene que llegar aquí y por este camino’. A veces los caminos son diferentes para llegar al mismo lugar. Y también a veces el niño es diferente del que nosotros creímos que podía llegar a ser cuando forjamos un ideal para él. Ese punto es bien importante, porque así como la escuela se tuvo que ir abriendo hacia la diversidad así, de repente, sin estar preparada, y comenzar a aceptar que un niño llegaba a un deteminado lugar de manera diferente, obtenía resultados con un procedimiento diferente, eso nos ha llevado a empezar a aceptar que somos diversos y tenemos que tener paciencia para que determinadas personas resuelvan situaciones de una manera distinta. Eso ya trae cierto stress a la persona que está a cargo de 30 personitas a las que antes se les decía ‘esto se hace así’ y punto y el que no lo hacía no lograba los objetivos.

            Esa diversidad también existe en el docente. Somos todos diferentes y probablemente en esta carrera por lograr los objetivos estemos dejando de lado cosas muy queridad, capacidades interesantes individuales únicas que son las que quizá sacarían a flote situaciones difíciles en el aula: a ver a qué podemos apelar cada uno de nosotros sin sentirnos solos para ofrecer a los demas. Esto de ‘gasto todas mis energías seduciendo’, tendríamos que ver si aunque sea la mitad de esas energías las empleamos yendo hacia adentro nuestro y ver qué podemos sacar de bueno, que podemos poner de luz sobre las sombras.

 

          Nada de zonzeras. 20 amonestaciones y punto

AS ¿cuánto pueden durar las 20 amonestaciones? ¿qué obtenemos a largo plazo en esa persona?

 

          En este momento estoy a cargo de 1º grado, y lo que notamos es que los niños vienen con mucha falta de límites. No podemos lograr la calma para poder compartir con ellos lo que queremos enseñar. Uno pone empeño, dedicación, pero termina gritando en el aula

          Los docentes pasamos momentos malísimos, y yo no diría que es por los chicos –porque los chicos son referentes de la sociedad en que vivimos- pero los docentes especialmente de secundario, somos carne de cañón. Hacemos frente a situaciones dificilísimas y nosotros mismos no tenemos muchas herramientas con que manejarnos.

          Qué significa ‘hacer foco en el potencial’ y no tanto en la ‘dificultad’ en situaciones concretas?

 

 

CAMINO DE TIZAS Letra Mirta Goldberg. Música Victor Heredia

 

Vienen de lejos, camino de tizas

Abriendo surcos, este oficio labrador

Somos maestros y es nuestra honra:

Ni son todas rosas ni todo es desazón.

Que viva la escuela, que la viva

que sea sostén trampolín a la vida;
una usina de ideas, el lugar del asombro,
el punto de encuentro de entrega y de amor.
Es cada día una aventura
aprender a enseñar, enseñar a aprender
reconocernos como necesarios
con derecho a crecer para hacer crecer.
Que viva la escuela, que la escuela viva…

MAESTRAS DE JUJUY León Gieco
Llanto en flor aventura o sueño, solitaria al viento de Jujuy en un rincón del mundo.
Silencio homenaje de niños, las nubes se abren para el sol, aliento del olvido.
 
Despierta el camino la aurora, las estrellas dejan de brillar
la mula elige al azar pisar entre las huellas nuevas.
 
Es como una herida que sangra en libertad, es una soledad llena de alegrías
es como una flor que se abre en la piedra, es la historia cercana a la memoria de glorias
 
Llorando las plegarias del gorrión es una voz baja que grita a quién le importa el corazón.
Bailando nueva ronda de hoy nadie tiene la calma de ver una gota de rocío.
 
A veces el cielo te nombra mensajera de la vida
no es Dios quien bendice sino la luna cuando caen los días.