22/10/2019 – En Argentina hace 30 años que se congelan embriones y se estima que hay al menos unos 25.000 congelados en los distintos centros de fertilización asistida del país, y su existencia no está regulada.
Allá por abril de este año se presentó en la Cámara de Diputados de la Nación un proyecto de ley de regulación de los embriones no implantados. Dicho proyecto fue de autoría del Diputado Nación Daniel Filmus.
En líneas generales, el proyecto establece la prohibición de comercialización de embriones y de generación de embriones con el objetivo deliberado de ser utilizados sin fines reproductivos ni terapéuticos.
Además, procura limitar el número de ovocitos a fecundar con el fin de disminuir el número de embriones a criopreservar, y establece el plazo de criopreservación en 10 años.
Finalmente, define cuáles pueden ser los diferentes destinos de los embriones: ser utilizados por sus titulares para posteriores tratamientos, ser donados con fines reproductivos, ser donados con fines de investigación, cesar su criopreservación.
Pero, recientemente, el tema vuelve a la palestra de la opinión pública debido al fallo de la justicia de la La Plata que autoriza a una pareja, que conservó congelados 11 embriones durante varios años, a que los embriones sean descartados.
El fallo del juez se fundamenta precisamente en el proyecto de ley de Filmus, un proyecto de ley que se encuentra frenado en el Congreso de la Nación.
Al respecto, el doctor Nicolas Lafferriere, abogado especialista en bioética, director del Centro de Bioética Persona y Familia y conductor del programa “Por la Vida”, subrayó: “Probablemente las personas que encararon estas técnicas hayan sido mal aconsejadas, hayan tenido un consentimiento que no sea del todo válido por falta de información pero es importante seguir insistiendo que se trata de algo que no tiene una solución éticamente aceptable y que la gran vía de solución sería dejar de generar embriones in vitro”.
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